La joven fue acusada de ayudar a su pareja, líder del Tren de Aragua, en la explotación sexual de 14 mujeres, a quienes le cobraban una suerte de “impuesto” cercano a 4.500 dólares
Mary Emilia Colmenarez, fue una de las detenidas en el megaoperativo que lleva adelante Chile para desarticular las células del Tren de Aragua en ese país.
Se le señala como una de las referentes de la banda, junto a su pareja Franco Ceballos, el colombiano apuntado como el líder de la célula que se instaló en Concepción.
“Ambos comenzaron a construir un imperio en base, al narcotráfico y a la trata de mujeres para la prostitución”, indica Infobae citando a la unidad investigativa de la Radio Bío-Bío.
La versión de prensa indica que la joven llegó a Chile en 2021 y colaboró en la red montada por el Tren de Aragua para explotar sexualmente a otras venezolanas.
El Tren de Aragua ha extendido sus tentáculos en Chile, como en otras partes del continente. Sus intereses son añadir nuevas formas de financiamiento y expandir su influencia territorial, consolidando células locales.
La banda desde hace algún tiempo viene operando en Concepción, 400 kilómetros al sur de Santiago, y uno de sus principales negocios es la trata de personas, el tráfico de drogas y el porte ilegal de armas de fuego.
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Toda una influencer
Mary Emilia Colmenarez , llegó proveniente desde la ciudad venezolana Puerto Cabello. En seguida mostró su gusto por redes sociales, donde de manera periódica comenzó a mostrarse en Tik Tok, Instagram y Facebook en diversas facetas de su vida cotidiana.
Según la investigación, hasta se dejó ver portando armas de fuego como una pistola Glock, propiedad de su pareja.
Colmenarez fue acusada de ayudar a su pareja en la explotación sexual de 14 mujeres, a quienes le cobraban una suerte de “impuesto” cercano a 4.500 dólares.
Monto que les cobraban por supuestos gastos operativos y que incluían el traslado, servicios de producción y publicación de fotografías en una página web de prestaciones sexuales, además de la estadía y la alimentación.
Colmenarez se encargaba de diferentes tareas como comprar maquillaje o vestuario para las mujeres que eran explotadas sexualmente. También se ofrecía como “gancho sexual” en caso de que la situación lo ameritara.
