A través de un comunicado, la Academia de la Historia recordó que los cambios de símbolos impuestos por los gobernantes de turno son de “efímera duración”
La Academia Nacional de la Historia refutó el cambio de los símbolos de Caracas, por parte de la Cámara Municipal de Libertador. A través de un comunicado, la institución enumeró las razones del rechazo a la medida que calificó de “pobre”.
Los académicos aseguraron que “una decisión de esa naturaleza debe ser sometida a la más amplia consulta entre otras, a la Academia Nacional de la Historia”.
Argumenta que “esta institución es una de las autorizadas para emitir opinión razonada sobre el tema de acuerdo a las Leyes de la República”.
Asimismo, explica que “los símbolos de una nación, estado o municipio constituyen representaciones de identidad colectiva que fortalecen la pertenencia”. Por ello, “han sido construidos y elaborados a lo largo de su historia como resultado de un pasado compartido”.
En consecuencia, “no son creación circunstancial de una parcialidad política”. Agrega que “solo una pobre y limitada comprensión de nuestro acervo histórico puede conducir al banal ejercicio que supone modificar los símbolos fundacionales de una ciudad”.
Dice que no se trata de “remozar el logo de una marca comercial. En cambio, representaciones simbólicas de una ciudad pertenecen a un patrimonio colectivo que debe ser, por ello mismo, considerado como intangible”.
Lea también: ¡UN ADEFESIO! Airadas reacciones tras el cambio de símbolos de Caracas aprobado por el chavismo
Historia
La Academia recordó las circunstancias históricas mediante las cuales se le otorgaron los símbolos originales a la capital.
“El escudo de armas de la ciudad de Santiago de León de Caracas lo concibió el rey Felipe II en 1591”. Lo hizo “a solicitud del procurador general ante la Corte, Simón de Bolívar, ascendiente directo de Simón Bolívar, el Libertador”.
Igualmente, recuerda que “el símbolo del León en el escudo de la ciudad de Santiago de León de Caracas, pertenece a todo el Distrito Metropolitano. Posee el antecedente de que lo solicitó el ascendiente directo del Libertador. Su erradicación se debería someter a una consulta pública de la Gran Caracas y no solo de la municipalidad de Libertador”.
Por último, señala que “la historia venezolana nos enseña desde el siglo XIX que todas aquellas celebraciones, símbolos y fechas políticas, impuestas por las parcialidades políticas del momento y sus respectivos gobernantes de turno fueron sin excepción de efímera duración”.
