¿Les ha pasado que están profundamente dormidos y sienten un fuerte dolor en la pierna que los hace levantarse de golpe? Son los famosos calambres o espasmos musculares que da con mucha frecuencia cuando estamos en reposo o cuando hacemos ejercicios. Les contamos cómo es y qué tipo de alimentos consumir para evitarlos
¡No puedo, no puedo! ¡Qué dolor! ¡Auuuch! Levantarse a medianoche de golpe y sentir ese dolor en la pantorrilla que no te deja ni ponerte de píe. Hacer ejercicios y quedarte paralizado del dolor, eso son los calambres o espasmos musculares.
Los calambres musculares son contracciones espasmódicas, involuntarias y transitorias de un músculo o de un grupo muscular que, aunque no son estrictamente una lesión, provocan un intenso dolor.
Según investigaciones de médicos de CinfaSalud, estos espasmos aparecen frecuentemente cuando estamos en reposo y en personas jóvenes, especialmente cuando están durmiendo.
También son frecuentes durante el ejercicio o inmediatamente después del mismo. Aparecen más frecuentemente en deportistas.
Cuando suceden se siente como si el músculo está saltando o moviéndose por sí solo, esta sensación usualmente dura solo unos cuantos segundos.
Otras veces se siente como si todo el músculo se ha acalambrado y no se puede mover. Este efecto ocurre muy comúnmente en las piernas, y puede ser muy doloroso.
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Aunque la sensación de calambre tiende a pasar en unos cuantos minutos, el músculo puede continuar dolorido por algún tiempo después, según la revista Medical News Today.
Causa de los calambres
Las causas de los calambres musculares son numerosas. En algunos casos pueden ser por enfermedades vasculares, neurológicas, del metabolismo hidroelectrolítico, con disminución del potasio, calcio y magnesio o con el uso de medicación diurética.
Los calambres espontáneos nocturnos no tienen una causa clara que los justifique, igual que los calambres musculares asociados al ejercicio.
Sin embargo, en estos últimos, su aparición se explica a través de factores favorecedores, como: la fatiga, las temperaturas extremas, la compresión muscular, la sobrecarga muscular y la deshidratación.
Asimismo, pude suceder por las alteraciones electrolíticas como: hiponatremia (disminución de la concentración de sodio); hipocalemia (disminución de la concentración de potasio); hipocalcemia (disminución de la concentración de calcio).
Qué se siente
Los calambres musculares se manifiestan como una contracción dolorosa global del músculo, de inicio brusco, de carácter involuntario, que es transitoria, que es espontáneamente reversible y que cede con el estiramiento muscular.
Dependiendo del músculo en el que se produce el calambre, habrá una contracción sostenida del mismo.
En el caso de calambres en las piernas, aparecen en la pantorrilla y provocan la flexión plantar del pie y de los dedos de los pies. En el caso de los calambres en las manos, provocan extensión sostenida de los dedos, reseña Medline Plus.
Cómo tratarlos
Los espasmos musculares se solucionan por sí solos. Podría tomar unos cuantos segundos o hasta varios minutos para que se detengan, pero con frecuencia no necesitan tratamiento.
La mejor recomendación que hacen los médicos al respecto es tomar suficiente agua para ayudar a aliviar los calambres musculares relacionados con la hidratación.
Si son muy frecuentes deben, entre otras cosas, suspender cualquier actividad que cause el calambre; aplicar suave masaje al músculo; estirar suavemente la pierna acalambrada, usar una compresa caliente y aplicar una compresa de hielo para aliviar el dolor.
Si el dolor está en el músculo de la pantorrilla, la persona puede intentar poner el peso en la pierna afectada y doblar su rodilla ligeramente.
Alimentos para prevenir los calambres
Jugo de naranja: aporta potasio, un mineral que ayuda a desarrollar la masa muscular.
Plátano: es rica en potasio y minerales como magnesio, hierro y betacaroteno, nutrientes que ayudan a la síntesis de los músculos.
Los médicos recomiendan consumir 1 cambur antes, durante y después de hacer ejercicio para evitar la pérdida de potasio.
Semillas y granos: ricos en magnesio, mineral necesario para el correcto funcionamiento de los músculos.
Aguacate: aporta a tu organismo ácidos grasos Omega 3 y más de 20 nutrientes esenciales (como vitaminas E y del complejo B), además de minerales como magnesio y potasio.
Nueces: poseen magnesio y ácidos grasos Omega 3, ideales para unos músculos sanos. También son ricas en vitamina E, antioxidante que favorece el flujo sanguíneo.
Uva pasa: Aumenta la reserva de potasio en el organismo porque aporta 749 mg de potasio por cada 100 gramos.
Espinaca: esta verdura aporta 550 mg de potasio por cada 100 gramos. Es un alimento muy sano y necesario tanto para personas acostumbradas a hacer deporte como para aquellas que llevan una rutina más sedentaria.
