viernes, marzo 29, 2024

LO DEJARON MORIR: la triste historia del militar que falleció por indolencia del régimen

Al coronel de la GN no lo atendieron en ningún hospital, incluyendo el militar. “No hay oxígeno, no hay cupos, no hay médicos”, fueron las respuestas que recibieron sus familiares

Al coronel de la Guardia Nacional Pedro Ezequiel Romero Muñoz, simplemente lo dejaron morir. Ningún centro asistencial, ni siquiera en el hospital militar le abrieron la puerta. tampoco le prestaron algún tipo de atención.

La historia la publicó la periodista, Sebastiana Barráez, quien cita a un amigo del coronel que se animó a contar lo ocurrido.

“Obligado por la circunstancia del fallecimiento del coronel Romero Muñoz, quiero hacer causa con sus familiares, y quienes en vida compartimos de su amistad y de su ética profesional. Sus últimas horas no pueden ser catalogadas, sino de infaustos momentos”, narra el también coronel José Luis Bastardo Velázquez.

Dice que la noche del jueves 20 de agosto, Romero Muñoz presentó signos de insuficiencia cardíaca. Su hija, quien también es oficial de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Lisbeth Romero lo traslada al Hospital Militar de Caracas.

“Ella se presenta a las puertas de emergencia y solicita, con la urgencia del caso, atención para su padre”. Una médica la atiende, en la parte externa del centro hospitalario, porque no le permitieron que entrara al recinto.

“La referida galena le comunica que no pueden atender al coronel porque no hay cupo ni oxígeno” . La envía para el estacionamiento donde, desde hace tiempo, están ubicadas unas carpas. “Ahí lo atenderán”, le dijo.

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Hospital militar sin cupos

Lo que la hija del oficial encuentra en ese lugar es que las instalaciones “adolecen de inmuebles y de asistencia medicinal. Los atendieron dos médicos, quienes no se identificaron, y les confirman lo que ya le habían comunicado: no hay cupo ni oxígeno”. Se limitan a recomendarle a la hija del oficial que lo traslade a un CDI, hospital o a una clínica.

“Podemos imaginar la angustia y desesperación del coronel y de su hija ante tales circunstancias”.

Lisbeth Romero decide trasladar a su padre al Centro Clínico de la Guardia Nacional. “Al llegar allí, deja su auto afuera de las instalaciones de emergencia. Se dirige a pie hasta las puertas del recinto, donde es atendida por una capitana. Ella le informa, que por la hora y la pandemia de la COVID-19 no hay médicos. Además, no tienen cupo ni oxígeno”.

La capitana le dice a la coronela, en resumen, que no es posible darle la atención que su padre requiere. “Solo le recomienda que lo traslade al Poliedro o al Centro Asistencial de Coche. Allí recibió la misma negativa: no hay médicos, no hay camas libres, no hay oxígeno”.

Se perdió la sensibilidad humana

“Existen muchos detalles adicionales proporcionados por sus familiares y amigos, en el viacrucis por los cuales atravesó el Cnel. Romero Muñoz”, dice Bastardo Velásquez.

Agrega que “podemos deducir varias conclusiones; la primera y más importante, es que nos encontramos desasistidos, desamparados. Tristeza e impotencia son los sentimientos que emergen ante tanta indolencia y desidia por parte de los organismos descritos”.

“Al conocer estos hechos dantescos, deducimos que se ha perdido la sensibilidad humana. ¿Cómo es posible que la hija no haya recibido el apoyo y la solidaridad de su órgano superior, a pesar de haberlos requeridos en reiteradas oportunidades?

Finalmente, cree que es su “obligación describir estos hechos plagados de incomprensión humana. El Cnel. Pedro Romero Muñoz ofertó su vida a la Institución, llegando a ocupar el cargo de Decano de la Escuela Superior GN”. “¿Qué nos queda para la reflexión? Lo sucedido no es nuevo y no es extraño”.

Lamentó que “cada vez se incrementan hechos como este y permanecemos impávidos, llenos de temor e incertidumbre. Se requiere respuestas claras y contundentes que reviertan nuestra pasividad. ¿Hasta cuándo tanta injusticia? Mientras tanto, las acciones de los órganos superiores se quedan en mutis, no existen”, concluye Bastardo Velázquez.

El domingo 23 el coronel Pedro E. Romero Muñoz está en un estado grave. Su hija realiza unas coordinaciones para una ambulancia, que lo traslade al Hospital “Victorino Santaella”, en Los Teques, a unos 30 kilómetros de Caracas. “Es ingresado en horas de la tarde de ese día domingo. Fallece el martes 25, en horas de la madrugada”.

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