En Curazao se vive una situación de incertidumbre con la llegada ilegal de venezolanos con niños menores de edad, los acusan de tráfico de personas
Este fin de semana se conoció que las autoridades de Curazao liberaron a los cuatro niños venezolanos que estaban en un internado luego de ser detenidos en septiembre junto a varios adultos que ingresaron de forma ilegal a la isla.
Fue la fundación Human Rights Defense Curacao (HRDC), la que dio a conocer que los niños están en libertad, sin embargo, sus madres y abuelas aun continúan detenidas y enfrentan cargos por tráfico de personas.
Estos casos que han acaparado la atención de los venezolanos. El primer caso se registró el 6 de septiembre, luego de que la Guardia Costera del Caribe y la Policía de Curazao capturaran en tierra a un grupo de migrantes venezolanos que había llegado en lancha.
En esa embarcación se trasladaban Santiago José Musitola Perozo, de 5 años de edad, y su padrastro Ronald Martínez, de 31 años.
El niño terminó en el internado “Huize Sint Jozef”, mientras su padrastro fue llevado a la cárcel, donde también se hallan Josmary Perozo Zambrano (23) y Marynellis Zambrano Ventura (43), madre y abuela de Santiago José.
Las autoridades investigan a Martínez, Perozo Zambrano y Zambrano Ventura por tráfico de personas, pese a que han demostrado ser los representantes del niño.
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Más Casos
Luego, el 20 de septiembre, la guardia costera interceptó una lancha que intentaba llegar a Curazao, en esa embarcación iban 19 venezolanos: siete mujeres, siete hombres y cinco niños, que fueron conducidos al mismo internado.
Los niños atrapados en esta operación son: uno de 6 años, dos de 9, una de 10 y otra de apenas 1 año y tres meses de nacida. La bebé fue entregada a su padre y su madre, que iba en la embarcación, sigue detenida.
Dos fueron liberados el viernes 6 de octubre por decisión de un tribunal de primera instancia de Curazao, a cargo del juez S.M. Christiaan, quien exigió al gobierno de la isla “remediar inmediatamente la situación ilícita y cooperar en la reunificación” entre los niños y sus familiares.
Una semana después, las autoridades de Curazao permitieron que los cuatro niños que aún estaban en el internado pudieran salir y abrazar a sus parientes. Entre los beneficiados con esta medida están Juliannys Richerd Giménez Barragán, de 10 años, y su hermano Yoanys Juvenal Giménez Barragán, de 6. Ellos iban en la lancha con su abuela Noila Vargas, de 52 años, quien está presa acusada de tráfico de personas.
Además de ello, también detuvieron a la hija de Vargas y madre de los niños, Aliannis Guadalupe Barragán Vargas, de 23 años.
El caso de Barragán Vargas es complejo: llegó de forma ilegal el 6 de octubre de 2019 y la deportaron el 17 de mayo de este año. Un mes más tarde, el 27 de junio, retornó en lancha a Curazao. Cuando fue ahora a reclamar a sus hijos, la policía revisó sus antecedentes y la encarceló, reseñó Crónicas del Caribe.
La familia destaca que Vargas demostró que los niños son sus nietos, por ende, consideran que no puede ser procesada por tráfico de personas. Esta es la segunda oportunidad que la señora trata de emigrar a Curazao.
Entre los adultos detenidos por la lancha del 20 de septiembre, está una joven de 18 años que le llevaba el hijo a su hermana que reside en la isla. La muchacha sufre de epilepsia y también cayó en la averiguación por tráfico de personas, aunque el niño es su sobrino.
La Fiscalía de Willemstad publicó el 7 de septiembre un comunicado en el que advierte que observa “un aumento marcado de tráfico de menores, particularmente entre Venezuela y Curazao”.
