Las rumbas bogotanas se están tornado cada vez más peligrosas pues el consumo de drogas aumenta, empeorando cada vez más, y ya la situación se está saliendo del control de las autoridades
Testigo Directo evidencia, hoy, cómo bodegas en Bogotá, se han convertido en sitios de fiestas clandestinas.
En esos “rumbeaderos” se vende, compran, consumen, toda clase de drogas.
Se hizo un trabajo de investigación periodística, profundizándose, y lo que se vió es alarmante.
La periodista Luisa Macías, con cámara oculta, logró muchísimas evidencias.
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