La USAID publicó un informe en el que cuestiona las actuaciones del expresidente Donald Trump en torno a la ayuda humanitaria para Venezuela y la politización de su entrega
Lo promocionaron como el principio del fin de Nicolás Maduro. Con el apoyo de mandatarios extranjeros, activistas de oposición se congregaron en Colombia en febrero de 2019. La intención era enviar a Venezuela toneladas de ayuda humanitaria. Ante la mirada del mundo entero, estas provisiones llegaron a bordo de aviones de carga militares de Estados Unidos.
Más de dos años después, la arriesgada táctica está siendo cuestionada. La agencia de noticias AP, cita un nuevo informe del inspector general de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El mismo plantea dudas sobre los motivos del envío de provisiones.
Se cuestiona si privó el intento estadounidense de provocar un cambio de Gobierno. O, por el contrario, si lo hizo motivado por las necesidades y la mejor manera de ayudar a los venezolanos que lo requerían.
Según la AP, la USAID publicó las conclusiones el 16 de abril. El reporte se enfoca en los frenéticos meses después de que el líder de la oposición Juan Guaidó se alzó para desafiar a Maduro.
Gastos millonarios
Como parte de ese esfuerzo, la USAID gastó 2 millones de dólares entre enero y abril de 2019. Lo hizo para trasladar 368 toneladas de provisiones de emergencia a Curazao y a la frontera entre Colombia y Venezuela.
Bajo las órdenes de Guaidó, se suponía que las provisiones serían distribuidas en Venezuela en desafío a Maduro. Pero cuando una caravana organizada por la oposición que trató de ingresar a territorio venezolano fue bloqueada en la frontera. El contenedor que se los chavistas quemaron junto con la mercancía, estaba valuado en 34.000 dólares.
En los meses siguientes Estados Unidos modificó discretamente la ayuda. Lo hizo cuando se perdía la atención mediática y se desvanecía la lucha de Guaidó por derrocar a Maduro.
Al final, sólo ocho toneladas lograron llegar a Venezuela. Las 360 toneladas restantes se distribuyeron en Colombia y las enviaron a Somalia, de acuerdo con el informe.
El documento señala que el envío de provisiones de Estados Unidos respondió en parte a la campaña del gobierno de Donald Trump. Él quería ejercer presión sobre Maduro en vez de simplemente brindar ayuda a los venezolanos que la necesitaban.
Aviones de la Fuerza Aérea
Por ejemplo, enviaron las provisiones innecesariamente en enormes aviones de carga C-17 de la Fuerza Aérea. Lo hicieron en lugar de opciones comerciales más económicas que estaban disponibles.
Asimismo, también enviaron alimentos listos para su consumo para combatir la desnutrición infantil. Esto ocurrió pese a que los propios expertos de la USAID habían determinado que la condición nutricional de los niños en Venezuela no ameritaba su uso.
Para impulsar a Guaidó, la USAID recortó el financiamiento de la ONU. Lo hizo pese a que algunas de las agencias de la organización contaban con la infraestructura dentro de Venezuela para distribuir las provisiones.
Una ONG que el reporte no identifica por su nombre, recibió fondos con base en su alineación con la política exterior de Estados Unidos. Pero, el informe señala que había dudas de su capacidad para cumplir con los requisitos legales y financieros de la agencia.
La “directriz de estacionar productos humanitarios no se condujo con pericia técnica. No se alineaba con los principios humanitarios de neutralidad, independencia ni en la evaluación de las necesidades”, se lee en el reporte.
Advertencias
El documento destaca que quienes trabajaron con la ayuda internacional advirtieron sobre los riesgos de que la misma estuviera politizada.
El escrito también resalta que el concierto de “Música por Venezuela: Ayuda y Libertad”. El mismo lo organizó el multimillonario Richard Branson.
La USAID hizo una auditoría a la manera como se gastó el dinero de los contribuyentes estadounidenses.
El informe se preparó para abordar los desafíos y los “riesgos de fraude” en la respuesta de la USAID a la crisis venezolana.
Contiene seis recomendaciones para mejorar la coordinación dentro de la agencia. También habla de cómo reforzar los controles para evitar la politización de las medidas humanitarias.
Un portavoz de la USAID dijo que la agencia recibía de buena manera las conclusiones del informe, las cuales está implementando. Asegura que hace los esfuerzos para mejorar la efectividad de las labores de la USAID, en especial en escenarios desafiantes.
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Cuestionamientos
Muchas de las decisiones las tomó el entonces administrador de la USAID, Mark Green, de acuerdo con el reporte.
“La dirección verbal no estableció una responsabilidad clara. Tampoco ofreció una justificación para la toma de decisiones”, señaló el reporte.
Un exfuncionario del gobierno de Trump refutó algunas de las conclusiones del reporte. Sostuvo que la decisión de enviar las provisiones en aviones militares la tomó la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Todo pese a las objeciones de la USAID. El exfuncionario pidió mantener el anonimato a condición de hablar sobre la toma de decisiones interna.
Green, en un comunicado, se dijo orgulloso del trabajo de la USAID en la ayuda a los venezolanos.
“La crisis venezolana es una de las mayores crisis humanitarias en el mundo bajo las condiciones más difíciles. El régimen ilegítimo de Maduro continúa poniendo obstáculos que impiden que el pueblo venezolano cubra sus necesidades básicas”, afirmó Green.
Poco después del fracaso de la caravana de Guaidó para la entrega de las provisiones, la USAID empezó a trabajar tras bambalinas. Lo hizo con agencias de Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja y otras organizaciones para llevar ayuda a Venezuela.
Tales esfuerzos han continuado bajo el gobierno del presidente Joe Biden. Recientemente recibieron el anuncio de que el Programa Mundial de Alimentos iniciaría en breve la distribución de comidas para 1,5 millones de niños venezolanos.
