Su delicioso sabor encanta a muchos y sus propiedades curativas son reconocidas desde la antigüedad; lo cierto es que la miel es un alimento maravilloso; que tiene la peculiaridad que no se daña
La composición de la miel evita que se dañe o pudra, incluso arqueólogos han hallado tarros de miel aún comestible en tumbas egipcias de miles de años de antigüedad.
Ahora bien ¿por qué no se daña? la respuesta es tan compleja como su sabor. Una serie de factores son responsables de su asombrosa longevidad, factores que funcionan en perfecta armonía.
De acuerdo a una publicación de Muy Interesante lo que hay que revisar es su composición química, la miel es principalmente azúcar.
Puesto que los azúcares son higroscópicos, es decir, que contienen muy poca agua en su estado natural pero pueden absorber la humedad.
Por ello es que muy pocos microorganismos pueden sobrevivir en un ambiente así. Esencialmente, terminan por sofocarse.
La gran acidez también evita que se pudra. Su PH varía aproximadamente entre 3 y 4.5, volviéndola inhóspita para las bacterias. Y finalmente, las abejas añaden su propio toque que la vuelve tan duradera, una alquimia especial que entra en la miel.
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El secreto del néctar
La respuesta es el néctar (la materia prima) que compone entre el 60% y 80% de agua. Las abejas, al batir sus alas, secan en su mayoría el néctar.
Asimismo, las abejas también presentan una enzima digestiva llamada glucosa oxidasa (GOx), la cual se mezcla con el néctar y lo descompone en dos subproductos: ácido glucónico y peróxido de hidrógeno. Cuando estos insectos regurgitan el néctar, crean miel.
Las propiedades antibacteriales de la miel, son reconocidas desde la antiguedad y por ello es utilizada durante siglos como un remedio medicinal, ya que ayuda a evitar la infección de las heridas.
El primer uso registrado de miel con fines medicinales proviene de tabletas de arcilla sumerias, que indican que la miel se usó en el 30 por ciento de las recetas.
Los antiguos egipcios usaban miel medicinal regularmente, haciendo ungüentos para tratar enfermedades de la piel y los ojos. Se usaba para cubrir una herida o una quemadura o un corte, era un vendaje natural.
Por último la miel no se echará a perder si se mantiene en un frasco bien cerrado. Únicamente se llegará a pudrir en caso de mantenerse en un recipiente abierto y en un ambiente húmedo.
