Por estos días en Venezuela ya nada sorprende, la gente no tiene acceso al gas para cocinar y han tenido que retroceder a la prehistoria haciendo que los miembros de muchas familias se conviertan en leñadores
Venezuela posee la octava mayor reserva gasífera del mundo y, paradógicamente, muchos de sus habitantes tienen que recolectar madera en las calles para cocinar los pocos alimentos que logran comprar.
En esta historia de Manuel Alvarado para Testigo Directo podrás conocer el drama de muchos venezolanos que con machete en mano, sin ser ebanistas ni carpinteros, se las ingenian para conseguir un trozo de madera y llevar a sus casas una fuente de calor para cocinar.
Es la leña socialista, a lo que obliga la revolución, es hacer patria a costa de esperar una bombona, pipa o cilindro de gas que puede esperar hasta un mes en llegar.