La Consulta Popular propuesta por nuestro hermano presidente Encargado, Juan Guaidó, y por nuestra Asamblea Nacional no forma parte de un capricho político, sino todo lo contrario, es un mecanismo de los venezolanos para demostrar resistencia ante la opresión de la dictadura.
Los Comandos por la Libertad y Elecciones Libres ya se han puesto en marcha en algunos estados del país con el objetivo de incluir y vincular a todos los que sean necesarios en la lucha por lograr el cambio que urge en el país, así como también los juramentados en este proceso deberán organizar los comandos municipales y parroquiales para llegar a cada rincón Venezuela.
Este derecho que debemos ejercer como venezolanos no lleva el nombre de un solo hombre, no tiene tintes políticos, esta Consulta lleva el nombre de cada venezolano que sufre, que ha sido torturado y hasta asesinado en la búsqueda de la libertad de nuestra libertad.
Solo nosotros sabemos cómo se siente no conseguir las medicinas que necesita un familiar o nosotros mismos, cómo se siente sobrevivir con menos de 1$ al mes, cómo se siente al no tener cómo enterrar a un familiar o a un amigo por falta de recursos. Tenemos demasiados motivos para exigir nuestros derechos cómo para detenernos a generar división entre quienes queremos lo mismo, debemos identificar a quienes buscan esas confrontaciones para visibilizar a los que cohabitan con la permanencia del usurpador en el poder.
Las elecciones fraudulentas del 6 de diciembre solo persiguen el objetivo de secuestrar el único poder legítimo que tenemos los venezolanos, la unidad nos demostró como país y como sociedad que la fuerza popular funciona si decidimos ejercerla; sin embargo, en el caso de esas elecciones, no se puede defender y votar mediante un sistema que se encuentra totalmente contaminado.
El día domingo 15 de octubre, durante la juramentación del Comando “Venezuela Alza la Voz” en La Guaira, dejó en evidencia lo solo y fracturado que se encuentra el régimen. Mientras los esbirros de la dictadura buscaban boicotear la actividad y agredir al presidente interino, los mismos varguenses decidieron hacer una cadena humana para evitar sus intenciones de violencia.
Esa acción de nuestra gente valiente demostró que el miedo es un sentimiento que hemos soltado y dejado atrás tras las continuas arremetidas del dictador, nuestro pueblo tiene muchas más ganas de luchar que de quedarse callado. Tenemos que entender que, si todos alzamos la voz, recuperamos a Venezuela y la vamos a recuperar.