Táchira, Zulia, Bolívar, son estados fronterizos cuyos habitantes padecen mucho más los embates de la crisis en los servicios y la pandemia
Vivir en Táchira, Zulia o Bolívar resulta ser una experiencia que no se le desea a nadie. No porque estos estados fronterizos sean “buenos” o “malos” , pues se encuentran entre los más grandes y en otras épocas los más productivos del país.
Pero las condiciones que en que ahora se encuentran, sin servicios básicos y en medio de la pandemia de coronavirus, hace que la vida en estas entidades se haya convertido en una verdadera angustia.
Comenzando por el suministro de gas doméstico que “se ha convertido en una noticia, que los gobernadores del partido de Nicolás Maduro, anuncian como propaganda, publican videos, en las redes sociales, con mensajes para destacar la eficiencia de sus gobiernos. Quizá sea el único país del continente donde surtir un cilindro de gas, sea motivo de foto, video y discurso”, dice la periodista Sebastiana Barráez en su blog.
“Durante los meses de confinamiento han vivido momentos de angustia por no tener como cumplir las medidas de higiene para evitar el contagio y propagación del COVID-19”, destaca Barráez, citando un informe de la ONG Fundaredes, elaborado para dejar constancia de la situación en que viven los habitantes de las entidades fronterizas, en tiempos de pandemia.
Para citar un ejemplo, la ONG hizo un monitoreo en estado Zulia, específicamente entre los habitantes del barrio Milagro Sur en el municipio San Francisco. Allí, la crisis por la deficiencia de los servicios básicos es tremenda. “Manifiestan vivir con escasez de agua y gas, con constantes cortes eléctricos y ausencia de aseo urbano”.
En la entidad las temperaturas pueden llegar a los 40 grados y en ese barrio, “detallaron que tienen más de tres años sin recibir el recurso hídrico por tubería, teniendo que salir a buscar en pipas a barrios vecinos o adquirir camiones cisterna a precios exagerados”.
En Táchira, “comerciantes que desarrollan su actividad económica dentro del mercado de los Pequeños Comerciantes en el municipio San Cristóbal, denuncian que, con las medidas de confinamiento, les están limitando severamente su derecho a trabajar, indican que no les han permitido abrir sus negocios, los cuales están acondicionados con las medidas de bioseguridad”, pero aseguran que sí permiten trabajar a vendedores informales sin ninguna protección.
