La modelo tomó las disculpas de su esposo y fue a visitarlo a Wyoming, pero él no volvió a casa
Todo hacía pensar que la relación de Kim Kardashian y Kanye West se recompondría, luego de que él le pidiera disculpas públicas por haber develado asuntos íntimos de ambos, así como afirmar que ella lo quería internar.
Sin embargo, el sito TMZ documentó que si bien la modelo fue a visitar a su esposo al rancho que tienen en Wyoming, la tensión no bajó. Primero, la pareja fue fotografiada en actitud hostil dentro de un vehículo, y luego, aseguraron que en un momento discutieron porque se le vio a ella llorando.
Asimismo, la pareja no fue ajena a que la fotografiaban, por cuanto en algún momento miran a la cámara y ella trata de secarse disimuladamente las lágrimas.
Horas después, el avión privado que utiliza la pareja aterrizò en un aeropuerto de California, donde solo fue vista ella descendiendo del mismo, en una actitud cabizbaja.
La semana pasada West, en uno de sus mítines que forman parte de su campaña presidencial, dijo que se arrepentía de haber acariciado la posibilidad de que su esposa abortara a North, la primogénita de la pareja, cuando supieron que Kim estaba embarazada. Incluso lloró mientras hablaba del episodio.
En la noche de ese día, el rapero se dedicó a escribir y borrar una serie de tuits tanto en contra de Kardashian como de su madre, Kris Jenner, en los que las acusaba de quererlo internar en una clínica psiquiátrica. El año pasado, ambos reconocieron que él sufre de trastorno bipolar.
Los ataques por su parte hacia ellas no cesaron, aunque después borraba los mensajes, e incluso ella publicó un comunicado en el que explicaba qué significaba vivir con un paciente de ese tipo.
El sábado, West sorprendió con un mensaje (que no ha borrado) en el que pedía perdón a su esposa, reconociendo que la había herido. Esto fue lo que impulsó a la empresaria a viajar hasta el rancho de descanso para tratar de arreglar las cosas, pero volvió con las manos vacías.