El esposo de Kim Kardashian no pierde las esperanzas de llegar a la Casa Blanca
Aunque la fortuna no le sonrió, Kanye West tampoco se rinde. El cantante dejó bien claro que dentro de cuatro años volverá a intentarlo. Este fue el primer proceso del rapero alejado del bando republicano; por cuanto siempre le ha dado su apoyo al mismo. De hecho, a comienzos del gobierno de Donald Trump lo apoyó incondicionalmente y hasta estuvo con él en varios actos en la Casa Blanca.
No obstante, desde principios de la pandemia, West empezó a mostrar su desacuerdo con quien aspiraba a la reelección. Antes de pasarse al bando demócrata, prefirió lanzarse como independiente. Su campaña estuvo plagada de episodios erráticos; los cuales pasaron desde insultar a su suegra y esposa, hasta llorar en un mitin.
Los desaciertos, combinado con su comentado volátil carácter, revivieron los recuerdos de hace dos años cuando, por primera vez, se habló de su bipolaridad. Una serie de tuits borrados; otros polémicos. En fin, el caldo de cultivo perfecto para sus haters y los de toda la familia Kardashian.
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Kanye West y su camino de espinas
El rapero aprovechó la fecha patria en EE.UU. del 4 de julio para anunciar su candidatura. Poco después, dio su primer mitin, con un chaleco antibalas. En medio de su discurso lloró al recordar que le había sugerido a su esposa Kim que abortara a la hija mayor de ambos.
Esto provocó una crisis familiar importante. Escribió unos tuits en contra de Kim y de su madre. Los borró. Ella viajó a tratar de arreglar las cosas. No pudo; regresó llorando.
El asesor y financista de la campaña electoral renunció. También lo hizo el jefe de campaña. Le tocó enfrentar el reto solo y así llegó el día en que anunció, en el mejor estilo, que volverá.
