sábado, abril 20, 2024
EspecialesOpiniónJuan Carlos Goitía Gómez: La cita de Juana

Juan Carlos Goitía Gómez: La cita de Juana
J

Juana, obrera del Poder Judicial, para sobrevivir se dedica a vender comida como muchas venezolanas en este tiempo de pandemia y letal crisis económica.   Labor fuerte… caminar y caminar para hallar alimentos a menor precio;  conseguir gas;  falta de agua y luz.  La ayuda su nieto Evaristo de 16 años -sufre moderado trastorno del desarrollo intelectual- repartiendo las viandas con instrucciones precisas, remachadas porque las olvida.  Los clientes saben de su padecimiento pero aún así una le prestó $50.  Tratando de “protegerse” le entregó el billete envuelto en nota que decía:  “pagar 15 de junio 2020”.

Llegó agosto con el compromiso incumplido.  La acreedora se presentó en la casa de la yaya a buscar al deudor.  No estaba y sin explicar qué hizo partió advirtiendo que la cuestión la iba a resolver más tarde la policía.  Al llegar el adolescente se supo todo, Juana agradeció a Dios, no era grave.  Entrando la noche la mujer regresó.  La abuela quiso saldar la deuda pero le objetaron el monto, por la mora no eran $50 sino 100, la  tildaron de alcahueta.  “Vaya y busque 50 más que están en la cocina para acabar con este peo y si soy alcahueta ésta es ladrona”, ordenó a una sobrina.  La otra se ofendió y  marchó; en un minuto funcionarios de la FAES apuntaron sus armas por las ventanas, entraron a la fuerza en el inmueble, revisaron como locos y “decomisaron” dólares, celulares y tablet.   No hubo queja, nadie se atreve, el miedo manda.

Cuando se creía terminado el asunto le llegó a Juana una boleta del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), sin fecha, sello, firma y menos motivos de comparecencia.   Debía acudir ante la Unidad de “Victimas Especiales”, encargada de investigar amenazas de muerte. Le “recomendaron” hacerlo en menos de 24 horas.

Como en Venezuela nadie es mocho la citada planteó la situación a un juez a quien limpiaba la oficina.   El togado dio a un funcionario el nombre de la fémina que procuró el préstamo.  Se enteró era administrativa en la FAES y pareja de un comisario del CICPC… empezaba a aclararse el misterio.  Cuando mencionó al intermediario las irregularidades de la citación, le contestó que ellos no podían reparar en esas tonterías para que alguien declarara.  El letrado le echó en cara que hacía poco, asustado, le había pedido asesoramiento por dar una libertad basándose malamente en oficio de tribunales sin firma ni sello, vicios que era los que quería entendiera; recibió como respuesta que su auxilio no sirvió porque el “criterio jurídico” que seguían en el Cuerpo era  comunicarse con el tribunal para verificar la validez o no de la comunicación.  

Juana y familia abandonaron unos días el hogar, las acosaban.  Su amigo le redactó denuncia.  Tuvo suerte, asignaron fiscal que se trasladó hasta el CICPC.  Constató no se inició formalmente ningún procedimiento, de forma que se violentó la norma del Código Orgánico Procesal Penal que establece que los órganos de policía de investigaciones penales deben actuar bajo la dirección del Ministerio Público y participarle sus diligencias dentro de las 12 horas siguientes.   

El procedimiento exigía su presencia en la sede de “Víctimas Especiales”, fue bien acompañada.  La recibió una dama, “jefa” la llamaban, “hubieras hablado antes conmigo y nos evitamos este malentendido”, susurró cariñosamente.  Firmó un acta y salió. Dos meses sometida por abusadores con chapa.  Ya en su cama, viendo televisión, apareció la imagen de Tarek William Saab, lo entrevistaba Ernesto Villegas y anunciaba: “… es momento de una reestructuración de la FAESy de todos los cuerpos policiales…”.  Rió, con razón, corrió el riesgo de ir presa por una deuda, prohibido en el país pero muy posible que ocurra.

Juana sigue “por ahora” como siempre, aseando tribunales y cocinando.  Su retoño continúa llevando los almuerzos, pero está encima de él, de a dónde va, qué amistades tiene, le revisa hasta la cartera, por cierto, usa de esas que tienen compartimiento secreto, donde encontró hace poco un papel que tenía escrito “pagar 15 de junio 2020” y adentro $50, los de la discordia, hubieran podido estar allí toda la vida, Evaristo pensó los había botado.

@doctorgoitia

0
Me encantaría tu opinión, por favor comenta.x