En 12 días que llevan las protestas de los indígenas en Ecuador, poco se ha avanzado. La violencia parece ir en escalada, mientras que el gobierno admite que los manifestantes no quieren el diálogo
La escalada de violencia en las protestas de Ecuador, tienen al gobierno de Guillermo Lasso y a fuerza pública en alerta. El ministro de Gobierno (Interior) Francisco Jiménez, acusa los indígenas de violentos, al tiempo que admite que no le ven intenciones de querer dialogar.
Jiménez advierte que “se han desenmascarado ellos solos. No quieren dialogar. No quieren acordar. No quieren que el país se reactive. No quieren paz. Hasta ahora lo único que han demostrado es que quieren violencia”.
El planteamiento lo hizo ministro en una entrevista con la emisora FM Mundo, citada por AFP.
Toma del Congreso de Ecuador
El jueves la jornada fue calificada como la más sangrienta en Quito, toda vez que los manifestantes intentaron ingresar en el Congreso, lo que terminó en choques con la policía.
El saldo de esta acción dejó como tres muertos. En otras provincias también hubo desmanes como por ejemplo la toma de una central eléctrica, el saqueo y quema de un Banco y la desaparición de al menos 18 policías, además de la quema de 18 vehículos.
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Las concesiones de Lasso
En un intento por abrir los espacios del diálogo, el presidente derechista Guillermo Lasso permitió el ingreso de unos 5.000 indígenas a la Casa de la Cultura.
Se trata de un lugar simbólico para los pueblos originarios; pero horas más tarde una facción de los 10.000 manifestantes que protestan en Quito avanzó hacia el Congreso, intentó quebrar el piquete militar que lo rodeaba y desató una ola violenta.
Según los reportes de la prensa local y redes sociales, los enfrentamientos se extendieron hasta la noche y aumentaron el balance de víctimas a seis muertos en doce días de intensas movilizaciones.
“Hemos cedido (…) en un afán de que la paz se recupere en la ciudad y en el país. Sin embargo, sucedió todo lo contrario. Lo aprovecharon para generar más desmanes”, añadió Jiménez.
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El objetivo de las protestas
El punto focal de las protestas, que hasta la fecha suma al menos 14 mil indígenas, es la reducción del precio de los combustibles.
Esta petición le costaría al Estado más de 1.000 millones de dólares al año en subsidios, según indicó el gobierno.
A pesar de que las partes dicen estar dispuestas al diálogo, no llegan a acuerdos concretos para sentarse a la mesa.
Todo esto mientras Ecuador se encuentra semiparalizado y con estimaciones del al menos 50 millones de dólares de pérdidas a diario.
