De las 6 personas que han sido localizadas muertas en el río Guaire de Caracas durante los últimos meses, sólo 4 han sido plenamente identificadas y ratificado así por algún familiar. La excepción la representan los últimos dos casos en los cuales, la Medicatura Forense se ha visto en la necesidad de efectuar el entierro en terrenos destinados para esos casos en el Cementerio General del Sur.
Inicialmente es bueno aclarar que los facultados, legalmente, para realizar las identificaciones son el antropólogo, el odontólogo forense y el SAIME. Los primeros, desde el punto de vista forense; el otro, desde el punto de vista legal. El antropólogo realiza un examen pormenorizado y entre otras cosas, define si se trata de un cadáver masculino o femenino, mientras que el odontólogo hace el llamado ontograma, el cual es fundamental en ese proceso de identificación por las características de las piezas dentales que quedan intactas a pesar de las causas de muerte más severas.
En el caso del último cadáver localizado a la orilla del Guaire en el sector de Las Mercedes, no ha sido posible la plena identificación. Solo quedó establecido que se trata de una mujer de aproximadamente cuarenta años de edad, muy a pesar del grado de descomposición que presentaba, una contusión severa en la cabeza y otras lesiones provocadas, presumiblemente, por el efecto de la turbulencia del mencionado rio que atraviesa de oeste a este la ciudad capital
¿Lugar de liberación?
Las versiones policiales indican, en su mayoría, que se trata del sitio de liberación donde han sido ubicados esos 6 cadáveres y eso hace más difícil la investigación de esos homicidios. ¿Por qué? Por la imposibilidad de colectar evidencias de interés criminalística que permitan orientar el trabajo de los expertos del CICPC y determinar en cuáles circunstancias han ocurrido esos homicidios.
La misma característica de un lugar abierto, el cual está expuesto a sol, aire, lluvia y viento, entre otras cosas, dificulta aún más el trabajo de investigación. Y es muy probable que eso haya sido considerado por quienes han lanzado al río cada uno de esos cadáveres.
En el hallazgo del último cadáver, no fue posible su identificación, ni siquiera con los expertos en necrodactilia que se hace conjuntamente con el SAIME para lograr la plena identificación del cadáver. Varias personas, quienes aseguraron tener allegados desaparecidos, acudieron a la Medicatura Forense de Bello Monte, sin suerte, al constatar mediante reconocimiento del cadáver, que no se trataba de su familiar.
Frente a este último caso, el Saime responde con la expresión ‘ no registra’ y la medicatura Forense procede a enterrar el cadáver. Este proceso se viene haciendo en la morgue de Bello Monte, con mayor rapidez en los últimos meses, debido a las condiciones inapropiadas que hay en cuanto a la capacidad y la falta de cavas que permitan la conservación de los cadáveres.
Estos últimos dos casos generan situaciones desde el punto de vista legal que podríamos explicar en trabajo adicional.
