viernes, abril 26, 2024

¡HISTORIA DE MIGRANTES! Así un zuliano sobrevivió a la pesadilla del Darién es busca del sueño americano

Miyeilis Flores
Miyeilis Flores
Periodista digital

El zuliano Darío Armando Bracho, recorrió los caminos del Tapón de Darién y se encontró con situaciones escalofriantes que prefirió no ver

Darío Armando Bracho, 25 años, nacido en San Francisco, El Bajo, estado Zulia, es uno de los más de 44 mil venezolanos que se arriesgaron a atravesar el infierno de Darién para llegar a los Estados Unidos. Un sueño que para cumplirlo hay que pasar pruebas como si se tratase de un video juego con todo tipo de retos, hazañas y peligros.

Los reportes sobre los peligros que corren los migrantes, no son advertidos por quienes tienen como meta mejorar su calidad de vida.

Las propias autoridades panameñas dan cuenta que “en las últimas semanas han desaparecidos 76 venezolanos” en esa zona fronteriza entre Colombia y Panamá.

El más reciente informe del Servicio de Migración de Panamá da cuenta que cerca del 63 por ciento de los migrantes que atraviesan el  Darién son de nacionalidad venezolana.

Ver la muerte de cerca

Darío Armando Bracho, recorrió los caminos del Tapón de Darién y se encontró con situaciones escalofriantes que prefirió no ver.

“Vi una mujer… solo pude detallar que era mujer, no lo recuerdo muy bien. En ese momento no quise ver el cuerpo, volteé la cara y seguí”, dijo a Versión Final.

 Todas las semanas la selva de Darién se convierte en noticia para los venezolanos en vista de la cantidad de desaparecidos y de muertos que se reporta.  Sin embargo, ni la muerte de la mujer que vio Dario ni las noticias fatídicas son motivo para que el grupo de al menos 20 venezolanos con los que estaba cruzando la selva.

Dario no estaba ajeno a los peligros que lo acechaba. Por el contrario, estaba consciente del riesgo que asumía al internarse en los caminos de la selva, donde podrían concentrarse virus y enfermedades, causadas por la contaminación que dejan los cadáveres en los ríos.

Por si fuera poco, también otro peligro era el de las picaduras de insectos y animales que podrían ocasionarle la muerte.

Se mantuvo siempre alerta para  “lograr que valiera la pena todo el riesgo, donde expuse por completo mi vida, mis sueños… y a pesar de sentir miedo de no volver a ver a mi madre”.

Lea También: ¡LA MUERTE LOS ACECHA! Al menos 44 mil venezolanos cruzaron el infierno del Darién en 2022

Conquistar montañas y emociones

Las famosas montañas del Darién en donde se han reportado cualquier clase de delitos como muertes, violaciones y robos, siguen siendo un paso obligado en la ruta hacia Estados Unidos.

El reportero Roberto Bermúdez, de Chamos Noticias Panamá, en sus redes sociales le hace un seguimiento esmerado a la situación de los migrantes venezolanos que no han llegado al albergue panameño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en San Vicente. Según sus estimaciones, al menos 76 en las últimas semanas no aparecen.

No es la primera vez que emigra

Para este joven venezolano de 25 años de edad, no era la primera vez que migraba, ya que vivió un año en Colombia, donde trabajó en la chatarrería y la cocina, hasta que le surgió la idea de irse a los Estados Unidos.

Darío Armando Bracho es oriundo del sector El Bajo, municipio San Francisco del estado Zulia y estaba   “consciente del riesgo que iba a tomar”.

No obstante, no se dejó “llevar por las noticias y redes sociales, así que me preparé psicológicamente bien, pues sabía que para entrar al Darién la clave era mantener la calma y concentrarte en salir de allí”.

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La mamá no quería que se fuera

En el trabajo publicado por Versión Final destacan que la madre del joven, Leiris García, le suplicó en medio de llantos que no atravesara la selva.

Sin embargo, Darío fue firme en su decisión y se marchó. “Por más que yo quería regresar a mi casa con mi familia, ya yo estaba comprometido conmigo mismo a seguir adelante pase lo que pase. De momento, no había vuelta atrás, mi meta era seguir”.

El relato de Darío deja en evidencia lo terrible que es el trayecto del Darién. “No desmiento lo que dicen en las noticias de ese lugar, porque si presencié todo tipo de sucesos terribles, desde fallecidos hasta personas lesionadas, pero la clave era no enfocarse en eso y seguir tu camino para no perder el enfoque. Mi fe y mi confianza me llevaron a salir sano y salvo de esa travesía”, explicó.

Lo que vio en el Darién

En la travesía por el Darién se ven personas de todas las edades, y justamente ver niños atravesar los ríos fue una de las cosas más escalofriantes que le tocó ver.

Relató que “al pasar el río por medio de una cuerda tendida de extremo a extremo, las personas más vulnerables eran los niños y las mujeres, pues entraban en pánico y perdían la calma; eso a mí me aterraba porque sabía que estaban en peligro sus vidas”.

Al tiempo que confesó que lo que más me marcó “fue ver la cara de trauma a muchas personas; eso era terrible para mí el ver esa imagen tan espeluznante. En muchas ocasiones ayudé a algunas personas a superar ese obstáculo que, la verdad, fue bien difícil”.

Una forma de abstraerse un poco de la realidad que estaba viviendo fue concentrarse en recordar gratos momentos con su familia.  “Tenía sentimientos encontrados con respecto a eso; es allí donde los empiezas a extrañar”.

Compañeros de travesía

Un nutrido grupo de 20 personas de diferentes edades acompañó a Darío Bracho en su recorrido y en el tan anhelado sueño americano.

Revela que había de niños de tres meses, cargados en brazos por sus madres, hasta personas adultas de entre 25 a 55 años de edad, la mayoría venezolanos. Juntos lucharon contra el agotamiento físico de escalar por horas grandes montañas fangosas, además soportaron lluvias, desbordamientos de ríos y escuchaba de cerca animales salvajes.

También ofreció escalofriantes detalles de lo que vivió. “En la selva hay una atmósfera pesada, no es un ambiente adecuado para estar. Es una realidad cruel la que se vive ahí dentro; gente aterrada. Además, hay lomas altas llenas de lodo de principio a fin y eso es agotador”.

Cifras oficiales

El pasado martes 09 de agosto el Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá difundió cifras reveladoras según las cuales más de 71.000 migrantes ilegales cruzaron el Darién en 2022, de los cuales al menos 44 mil son de nacionalidad venezolana; cifra que representa un 63 por ciento.

Al detallar las cifras el SNM de Panamá indica que el 63 por ciento de los migrantes son venezolanos, en segundo lugar de Haití y le siguen de Senegal.

Los números presentados indican que en los primeros 7 meses de este año, 71.012 migrantes cruzaron la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia, en su viaje hacia Norteamérica, el 63,28 por ciento (44.943) de ellos venezolanos, reseña la agencia DW.

Por otra parte, en una reciente investigación realizada por el Departamento de Salud de Panamá “Corazones Sin Fronteras” son las mujeres migrantes quienes llevan la peor parte.

Advierten que Al menos 88 de ellas han reportado haber sido agredidas sexualmente al ser registradas en busca de dinero y con frecuencia, haber sido objeto de violación.

Sin embargo, muchos migrantes siguen obviando las advertencias de las autoridades. Como Darío, muchos cruzan la selva del Darién a costa de su propia vida.

En busca de un sueño

El motivo principal de Darío Bracho es el mismo de todo ciudadano venezolano migrante: “buscar una mejor vida llena de nuevas oportunidades”.

“Lamentablemente por la situación de nuestro país y la poca garantía de nuestra propia integridad nos vemos obligados a vivir en otro país, en este caso Estados Unidos”, refirió el sanfranciscano.

Dejar Venezuela no es lo que Bracho quería, muchos menos dejarse de sus padres que, para él, son el pilar fundamental para seguir adelante. “Fue una despedida momentánea porque en mí todavía está la esperanza de volver a verlos. En conclusión, no fue un adiós si no un hasta luego”.

Todavía falta para llegar a EE.UU.

A Darío Bracho solo le tomó tres días atravesar el tapón selvático del Darién, pero todavía tiene un largo camino por recorrer, ya que el próximo paso es ir a México, entrar por la vigilada frontera sur y cruzar el territorio estadounidense de lado a lado para así lograr tener la “libertad” que tanto desea.

El joven zuliano explica que es libertad para el. “Libertad en el sentido que seas libre de darte tus gustos a raíz de tu propio esfuerzo y dedicación al trabajo, cosa que en nuestro país no es posible por extorsión, por el propio gobierno y la inseguridad que no te deja ser libre en ese ámbito”.

 “Atravesar todo el Darién a salvo, lleno de vida, es una bendición y milagro”. Pero, esa no es toda la travesía.

Ahora le toca seguir a Estados Unidos, para ello debe esconderse en México hasta lograr huir a las fronteras norteamericanas. “No hay peor pesadilla que vivir escondiéndose de la policía. Estar escondido siempre es traumante. Para mí, apenas estoy viviendo la peor parte de esto”, indicó Bracho.

El Darién sigue siendo noticia,  en el caso de Dario logró pasarlo con éxito, pero no todos corren con la misma suerte.

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