Las comunidades indígenas denuncian que no tienen apoyo de ninguna clase, mientras que los guerrilleros tienen el poder sobre las minas ilegales
Disidentes de las FARC hacen de las suyas en municipios del estado Amazonas desde hace tiempo. Sin embargo, ante los atropellos, comunidades indígenas de la entidad exigieron a los guerrilleros abandonar sus territorios.
El 6 de agosto, la comunidad indígena Piedra Blanca -de la etnia cubeo- retuvo una maquinaria del grupo irregular. Todo ocurrió en el municipio Atabapo, según el Correo del Caroní.
Las FARC pretendían ingresar esas máquinas para la extracción de minerales en el Parque Nacional Yapacana. Este es uno de los más afectados por la minería ilegal en la Amazonía venezolana.
Desde entonces las comunidades realizan asambleas, recolectan firmas y suman apoyos. Sobre todo de dos caciques generales y 37 capitanes indígenas comunitarios.
Reclaman la salida de este grupo armado en particular. Argumentan que los irregulares no solamente imponen su ley, sino que se apoderaron de las minas ilegales y violan los derechos de los pueblos indígenas.
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El miércoles de esta semana, los indígenas fueron al puesto de la guerrilla conocido como Puerto Cuarenta y exigieron al comandante J la salida del territorio.
Guerrilleros colombianos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidentes de las FARC operan en Amazonas. También en el sur y oeste de Bolívar desde 2013. Esto, de acuerdo con un informe de 2017 de la organización colombiana Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Su objetivo es acceder y controlar los yacimientos de coltán, oro y diamantes que se encuentran en la región.
Nancy Herrera, líder indígena e hija del cacique general de la parroquia Yapacana, Claudio Raúl Herrera, aseguró que están en una situación crítica. “En amenaza de parte de las FARC y no contamos con apoyo del gobierno porque ellos están junto con las FARC, los militares venezolanos”, dijo al diario.
