La policía informó también de la apertura una investigación paralela por el empleo de menores en la fábrica devorada por las llamas en Bangladés
Al dueño de la fábrica incendiada de Bangladés en la que murieron 52 personas lo detuvieron por homicidio, informó la policía el sábado, que abrió una investigación paralela porque había niños de 11 años trabajando en la planta.
Además del propietario de esta fábrica de alimentación y bebidas, a otras siete personas las detuvieron, entre ellas cuatro de sus hijos, añadió la policía.
El fuego, que devoró el viernes la fábrica de seis pisos situada en Rupganj, ciudad industrial cercana a Daca, tardaron más de 24 horas para apagarlo y provocó una treintena de heridos.
La policía informó también de la apertura una investigación paralela por el empleo de menores en la fábrica.
La fabrica es propiedad de la empresa Hashem Food and Beverage.
Sin normas de seguridad
Según el jefe de la policía local, Jayedul Alam, la fábrica tenía la puerta cerrada en el momento del incendio e incumplía numerosas normas de seguridad.
“Es un asesinato deliberado”, dijo a la AFP.
Los servicios de emergencia encontraron 48 cadáveres en el tercer piso.
Destacan que la puerta que daba acceso a la escalera principal estaba cerrada con llave, dijo el portavoz de los bomberos.
El inmueble almacenaba productos químicos altamente inflamables y plásticos que habrían avivado las llamas.
Lea También: Hallan 15 nuevos cadáveres y la cifra de muertos tras derrumbe en Miami-Dade asciende a 79
Trabajo infantil
La ministra de Trabajo, Monnujan Sufian, explicó a la AFP que había podido hablar en el hospital con dos sobrevivientes del incendio que solo tenían 14 años.
También conversó con una mujer cuyo hijo de once años trabajaba presuntamente en la fábrica y estaba todavía desaparecido.
Bangladés prometió reformar las condiciones de trabajo tras el desastre en 2013 del Rana Plaza.
En aquel momento se trató de un taller de confección de nueve plantas que se derrumbó causando la muerte de 1.138 trabajadores.
Aun así, este tipo de sucesos sigue siendo recurrente en este país pobre del sur de Asia, especialmente en su gran industria textil.
En febrero de 2019, al menos 70 personas murieron en un enorme fuego que arrasó varios edificios de apartamentos en Daca, donde se almacenaban ilegalmente productos químicos.