Los expertos consultados coinciden en que, por falta de solventes, se distribuye una gasolina muy corrosiva por una alta concentración de azufre
Pese a la versión oficial de PDVSA sobre las condiciones de la gasolina, lo cierto es que el cuerpo de bomberos de Maracaibo recibe una media de cuatro llamados por día por vehículos que, repentinamente, se incendian.
Así lo confirman fuentes cuya identidad está en reserva, a la agencia AFP, al tiempo que indican que ocurre lo mismo en la línea telefónica de emergencia.
La estatal petrolera Petróleos de Venezuela (PDVSA) niega que los sucesos estén vinculados con la mala calidad de la gasolina que se despacha en Maracaibo, mientras que expertos lo cuestionan.
Tal es el caso de Hugo Hernández Raffalli, exdirectivo de PDVSA, quien asegura que “se han producido fallas en las refinerías” del complejo de Paraguaná, “encargado de procesar, refinar y distribuir los combustibles para el estado Zulia”, cita AFP.
Esto trajo como consecuencia que Venezuela tenga que importar combustibles de “pésima calidad en detrimento del parque automotor local”.
Falta de solventes
Los expertos consultados coinciden en que, por falta de solventes, se distribuye una gasolina muy corrosiva por una alta concentración de azufre, que daña las bombas de combustible y aumenta los riesgos de incendio.
Solamente, el Zulia sufrió por más de una década una escasez crónica de combustible, profundizada por el contrabando hacia Colombia mientras el Estado mantuvo descomunales subsidios -reducidos en 2020- que hacían que fuese prácticamente regalada.
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Vivos de milagro
Por las razones que sea lo cierto es que todos los días ocurre una desgracia, se incendia un vehículo. Algunos conductores se han salvado milagrosamente.
José Faría, de 42 años, era el dueño de un taxi que fue consumido por las llamas en Maracaibo, Venezuela, en medio de una epidemia de autos incendiados que trae cuestionamientos a la calidad de la gasolina.
Con el rostro envuelto en vendas por las quemaduras, confiesa que “Gracias a Dios estamos vivos”. Acostado en su cama con los vendajes que le recubren casi por completo la cabeza y los brazos, relató que “Todo fue muy rápido”.
“La gente se asustó. Aunque intentaron ayudarnos, no había un extinguidor, no había arena, no había agua y, claro, el fuego creció y ya nadie pudo hacer nada”, agrega.
Al momento del incendio José con su esposa Leydi esperando turno para abastecer combustible cuando escuchó un ruido en el asiento trasero.
Relata que al bajarse del carro a ver qué pasaba vino la explosión que le causó quemaduras de segundo grado. Su esposa también fue alcanzada por el fuego en el antebrazo derecho, afortunadamente fueron de menor gravedad.
De su carro solo quedó la hojalata y por consiguiente, se quedó sin trabajo.
Hablan los mecánicos
“Los carros se quedan en plena vía y lo llaman a uno para que resuelva, pero a veces no das abasto por la cantidad de carros varados. Ellos (PDVSA) dicen que la gasolina está perfecta, pero, ¡qué va!”, dice a la AFP. “Por muy malos que sean” los repuestos, “no es posible que solo duren días”, alerta Ibsen Chacín.
Martínez de 52 años, revisó en su taller mecánico 25 autos con bombas de gasolina dañadas en un lapso de dos semanas, dijo a AFP.
Con información de AFP
