Las víctimas estaban en un cumpleaños
Deiner Ernesto Romero Paéz y Daniel Páez Romero, ambos venezolanos, fueron asesinados a tiros cuando celebraban el cumpleaños de un familiar, en la ciudad de Cúcuta, Norte de Santander.
Según reseña el diario La Opinión, eran la 1:15 a.m. del 1 de mayo, cuando varios hombres aparecieron en el sector conocido como Las Minas, del barrio Pueblo Nuevo, en esa ciudad fronteriza con Venezuela. Los desconocidos y las víctimas habrían intercambiado algunas palabras y luego ocurrió el ataque.
Deiner Ernesto murió en el lugar, luego de recibir tres disparos; mientras que Daniel Paéz recibió un impacto, otro joven de 19 años también resultó herido.
“Ellos estaban ahí sentados en el porche de la casa, tomando algunos tragos, estaban contentos, cuando llegaron los tipos con pistolas y alcanzaron a hablar unos minutos, pero no sabemos qué les decían”, dijo un testigo del suceso.
Una vez perpetrado el ataque, los pistoleros, quienes estaban encapuchados y vestidos de negro, huyeron del lugar con rumbo desconocido.
Mientras que los dos jóvenes heridos fueron auxiliados y trasladados a la Unidad Básica de la Loma de Bolívar, en donde Daniel Páez falleció debido a la gravedad de la herida. El otro joven continúa bajo observación médica.
“Los otros dos muchachos quedaron heridos, cada uno recibió un disparo y todavía tenían signos vitales”, agregó al citado medio el testigo.
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Los vecinos del sector alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) sobre lo sucedido, pero cuando llegaron al sitio solo encontraron el cadáver de Romero Páez, acompañado de un grafiti que decía “Fuera Tren de Aragua”.
Minutos más tarde, llegó la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) a adelantar la inspección técnica de la escena y el levantamiento del cuerpo.
“Algunas casas aledañas también fueron pintadas con mensajes que decían ‘En unidad con la comunidad, comando del pueblo’”, añadió el vecino.
Aunque el hecho es materia de investigación, las autoridades no descartan la posibilidad de que podría tratarse de una lucha por el control del territorio.
Según la comunidad de Pueblo Nuevo, las víctimas se ganaban la vida lavando vehículos en un establecimiento ubicado en el barrio La Ceiba, y hace un año habían llegado a vivir arrendados al sector.
