Alumnos venezolanos sufren la crisis y decadencia de un país en su educación, ante la incapacidad de respuesta a una pandemia que azota al mundo
Odisea, sufrimiento y desespero. Con lo que lidian diariamente los estudiantes venezolanos que batallan con el servicio de Internet para poder asistir a clases virtuales en el país.
La pandemia por COVID-19 obligó a los estudiantes suspender sus actividades escolares presenciales y culminar el año escolar 2019-2020 desde casa.
De la misma forma como terminó el anterior, debió iniciar el año escolar 2020-2021. Los colegios, liceos y universidades debieron plantear un esquema completamente virtual para que los estudiantes recibieran clases.
Sin embargo, cumplirlo es todo un reto, no solo para los alumnos, también para los educadores.
Internet deficiente en el país
El servicio de Internet en Venezuela pasó de ser un servicio y derecho básico a un lujo para las familias venezolanas.
Es cuestión de suerte poder gozar de un Internet medianamente decente, ya que desde que el régimen de Hugo Chávez, ahora de Nicolás Maduro adquirió CANTV los servicios de telefonía e Internet dejaron de funcionar adecuadamente.
Lea también: «Maye»: salva niños y niñas refugiados venezolanos de la explotación sexual
De hecho, de acuerdo con el portal speedtest global index, Venezuela se posiciona como el país número 173 según la velocidad de acceso al Internet.
En promedio, el ancho de banda es de 3.48 mega bits por segundo, una diferencia de más de 200 Mbps con respecto al primer lugar.
No solo controlan las páginas que los venezolanos pueden abrir desde sus computadores o equipos inteligentes, también ha sido decadente el servicio que en muchos momentos falla.
Averías, robos de cables, entre otros. Tener servicio de Internet depende del factor suerte. Depende de que una cuadrilla de CANTV llegue a solucionar el problema rápidamente, algo que casi nunca ocurre.
Más de seis meses puede pasar un sector del país sin tener servicio de Internet por CANTV, además que las respuestas de la estatal no siempre son eficientes.
En un edificio algunos apartamentos pueden contar con el servicio mientras que otros pueden tener días, semanas y meses sin él y no hay una respuesta lógica para ello.
Educación virtual
Los docentes y directivos han tenido que crear modelos educativos que se adapten a las necesidades del alumno para que puedan cursar el año escolar 2020-2021.
“Desde los colegios hemos aplicado todos los mecanismos adecuados para educar virtualmente; pero son los insumos los que afectan la retroalimentación”, explicó para Impacto Venezuela Karla Rodríguez.
Detalló que como insumos está el tema del Internet y el servicio eléctrico. A los alumnos fallarles estos servicios impide que desarrollen su educación basándose en este método.
Distrito Capital es uno de los estados con menos sufrimiento en los servicios básicos, sin embargo no están exentos de ellos.
Esto significa que Venezuela no está preparada para sobrellevar las consecuencias de la pandemia en la educación.
El resto de los estados se han visto vulnerables, sobre todo las zonas rurales que carecen de aparatos tecnológicos qué facilitan la educación virtual a los niños.
Los padres deben impartir sus conocimientos a sus hijos para que sean educados, no obstante, no están recibiendo la calidad educativa adecuada que debería recibir cuando es dictada por un docente.
De por sí, los educadores califican este nuevo formato como “un reto”, el cual han tratado de adaptar a la vida de los alumnos para que se sientan motivados a sacar su grado.
Métodos para educar
Rodríguez informó que en el colegio privado en el que dicta clases está la plataforma SAE, la cual les permite tanto a los alumnos como a los profesores cargar el material educativo y las notas evaluativas.
“Si no cuentan con las herramientas para cargar el material en esa plataforma lo pueden hacer a mano. tomarle fotos y enviarlos por Whatsapp o llevarlo directamente al colegio”, explicó.
Karla Rodríguez, docente venezolana
En cuanto al colegio público, detalló que aunque se trabaja de manera virtual el método es imprimir las guías y pedirle al alumno que realice las actividades a mano.
“La directora considera que la producción escrita es la manera más exacta para que los niños tengan un aprendizaje efectivo, porque vía Internet la manera más fácil es copiar y pegar”, explicó la educadora.
No hay reprobados
De acuerdo con las órdenes del ministerio de Educación al servicio del régimen de Nicolás Maduro los alumnos no pueden reprobar el año escolar.
Karla Rodríguez, calificó esta situación como difícil, ya que la orden para los educadores es realizar la evaluación lo más explícita posible para que no deje espacio a la subjetividad.
La meta para todos es que el alumno apruebe. “La única manera que salga aplazado es que no entregue ninguna actividad”.
Por lo que aclaró que si el alumno no cumplió con las expectativas de una actividad, el docente está en la obligación de aclararle todos los pasos a seguir para que el estudiante comprenda de qué va la evaluación.
Estas directrices deben ser puestas en práctica en el colegio público porque así lo exige el ministerio de Educación del régimen.
“Debemos dar las instrucciones paso a paso y utilizar los instrumentos evaluativos a través de una escala de estimación. Colocamos la actividad o aspecto y cada uno tiene una puntuación específica”, detalló.
Con respecto al colegio privado, detalló que mediante la página, los docentes publican las actividades y cada estudiante mediante su sesión privada puede recibir el material educativo.
Además el colegio instaló un chat en el que el alumno le puede escribir al profesor para que le aclare las dudas referentes a las actividades.
Una educación en crisis
Los problemas educacionales en el país no se derivaron de la pandemia, por el contrario solo sirvió como un factor para evidenciar y agravar lo que ya ocurría.
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) en su informe anual evidenció este 2020 los 5 factores que revelan el deterioro de la educación en Venezuela.
- Las metas de universalización del acceso a una educación de calidad no se han cumplido.
- Han crecido los riesgos de exclusión educativa entre quienes no pueden mantener una asistencia regular a clases (40%) y/o registran severo rezago escolar.
- Los más pobres no consigue acumular el capital educativo mínimo para reducir los riesgos de permanecer en situación de pobreza.
- Hay un retroceso enorme en el acceso a la educación entre la población de 18 a 24 años de edad.
- La situación de confinamiento debido al covid-19 ayudará a profundizar las inequidades educativas. Quedarán aún más rezagados quienes tienen restricciones de acceso a las nuevas tecnologías y adolecen en el hogar del clima educativo apropiado.
Dilema: clases presenciales o no
Pese a que a mediados de agosto, Nicolás Maduro asomó la posibilidad de que se instalaran las clases semipresenciales en el país, lo descartó rápidamente por la propagación del virus en otros países.
El incremento de casos en países como España, Alemania y Bélgica por el regreso a clases presenciales, conllevó a que el régimen de Maduro claudicara en la idea de comenzar el año escolar desde los colegios.
No obstante, muchos padres, alumnos y hasta docentes prefieren que se implemente por las fallas de Internet e instrumentos para que los estudiantes vean clases adecuadamente.
El presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas (Andiep), Fausto Romero, resaltó la necesidad de implementar las clases semipresenciales.
Pese a que no tenía planteado a detalle cómo sería el mecanismo alertó que se debía preservar las normas sanitarias y conservar la distancia prudencial para evitar contagios por coronavirus.
Romero resaltó que Andiep ya está adquiriendo los equipos de bioseguridad, incluso comentó que un colegio quería comprar un túnel de desinfección.
Por su parte, Yameli Martínez, coordinadora nacional de Ciudadanía de Fe y Alegría, confirmó que la red de escuelas evaluaba los tres posibles escenarios para afrontar el año escolar.
La continuidad de la educación a distancia, las clases presenciales o las clases semi-presenciales.
Clases semipresenciales no son una opción hasta enero
Nicolás Maduro abandonó la idea de comenzar el año escolar vía semipresencial; sin embargo aclaró que esto podría evaluarse en enero.
El 14 de septiembre, Maduro dijo que “sin lugar a dudas, el regreso presencial a clases no es favorable para el control a la pandemia.
Por eso no hay regreso presencial a clases en Venezuela y veremos si en enero regresamos”, indicó.
Mantener sistema de teleclases
Maduro precisó que la opción adecuada al menos en la primera etapa era las clases virtuales, sin reparar en las limitaciones que presenta la mayoría de la población venezolana.
Planteó programas educativos mediante los canales televisivos del estado, “la solución para quienes no tienen Internet”.
Pero, las limitantes de cada sector son distintas. Muchas poblaciones rurales no cuentan con televisor, otros no poseen un servicio eléctrico regular, mientras que otros ni siquiera cuentan con señal satelital para poder sintonizar los canales.
La realidad venezolana está marcada por una evidente crisis que atrasa todos los procesos e impide el desarrollo educacional de los estudiantes venezolanos.
Ni el 50% de la población estudiantil se educa
En mayo el régimen de Maduro aseguró que 2.2 millones de estudiantes de los 8.2 matriculados en educación pública estaban recibiendo clases a distancia.
Lo que significa que menos del 70% de la población estudiantil no logró acceder a ese método educacional.
Conatel informó en 2019 que al menos 15 millones de 30 que viven en Venezuela no tienen acceso a Internet.
Por lo que esto representa una grave limitación en la educación que actualmente deben adquirir los niños venezolanos ante la pandemia que azota al mundo.
Los planes de contingencia que ofrece el Estado no han sido claros y menos ha ayudado a que los niños finalmente puedan estudiar virtualmente sin grandes contratiempos.
La calidad educacional en el país se ha deteriorado a medida que la crisis se agrava; actualmente la emergencia humanitaria, vinculada a la pandemia derivó que el país atraviese un gran retroceso en el marco educativo.
