El terrible final que tuvo una escena en la más reciente película de Alec Baldwin no es el único. Incluso el teatro venezolano vivió uno hace cuatro décadas
El disparo accidental que hizo el actor Alec Baldwin en el set de Rust no es el único que ha terminado en tragedia. Lamentablemente, hay algunos episodios igual de trágicos que se han registrado tanto en el cine, como en la televisión y el teatro. Incluso en Venezuela.
Hasta el momento de esta nota, las autoridades no se han pronunciado sobre cómo una bala real llegó a lo que se suponía era un arma de utilería; y acabó con la vida de la directora de fotografía Halyna Hutchins, quien tenía 42 años. Tampoco se ha ahondado sobre la salud del director de la película, Joel Souza, quien resultó herido en el mismo accidente. Asimismo, hasta ahora no ha habido cargos contra Alec Baldwin.
Pero las muertes por armas de fuego son afortunadamente escasas; como terriblemente mediáticas. En este sentido, quizás la más difundida, hasta ahora, fue la del joven actor Brandon Lee, quien murió mientras filmaba su primera protagonización, El cuervo. Un disparo que se suponía formaba parte de la escena resultó ser real y acabó con su vida instantáneamente en 1993. A sus 28 años, estaba llamado a ser uno de los principales actores de su generación en Hollywood. No solo no lo logró, sino que no se determinó nunca lo sucedido.
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Pero en televisión también hay casos. El novel y apuesto Jon-Erik Hexum se suicidó accidentalmente delante de sus compañeros de la serie Cover-Up. Eso fue en 1984, cuando en un brake de las grabaciones, se dedicó a jugar con un revólver que formaría parte de la próxima escena a grabar. Durante la manipulación, Hexum se apuntó a la cabeza y disparó sin saber que el arma estaba cargada; y menos con una bala de verdad. Murió horas después en un hospital.
En Venezuela en 1981 también se vivió un momento terrible, cuando en un montaje en la sala Rajatabla, el joven de 22 años Marco Antonio Ettedgui murió accidentalmente de un disparo. La actriz Julie Restifo protagonizaba una obra de Javier Vidal y en medio de una escena accionó un arma; la cual tenía en su interior una barra de hierro que nadie supo nunca cómo llegó ahí. Lo tenebroso de la situación fue que el público pensó que los gritos desgarradores de dolor de Ettedgui, y el efecto del arma formaban parte del montaje.
Años después, el director César Bolívar llevó al cine este capítulo en la historia del entretenimiento venezolano. Lo hizo en la película Homicidio Culposo que dirigió y escribió junto a José Ignacio Cabrujas. Elba Escobar fue la protagonista.
