El Comité de Afectados por los Apagones indica que hubo un aumento de 16% en relación con enero del 2022
Si hay algo que Nicolás Maduro no puede ocultar es el mal servicio de electricidad que persiste en el país, a pesar de la propaganda. Y es que, según el Comité de Afectados por Apagones, en enero se
En total son alrededor de 3.296 fallas en el servicio eléctrico que se registraron en enero de 2023, dijo la ONG a la agencia Efe.
La cifra reveló un aumento de 16 % respecto a enero del 2022 y los estados con mayor incidencia de interrupciones fueron Zulia con 423 fallas; seguido de Mérida con 234; Guárico con 233; Miranda con 204; y Lara con 187.
Por su parte, el estado que sufrió la menor cantidad de fallas en enero fue Vargas con 76, seguido por Barinas con 77.
Según el comité, Venezuela “sufre apagones intermitentes a diario, que en ocasiones pueden llegar a prolongarse por más de 24 horas, especialmente en los estados del interior del país”.
Y la respuesta de la administración de Nicolás Maduro, en voz del ministro del área, Néstor Graterol, es que se trata de “ataques programados”, fundamentalmente, desde Estados Unidos.
A ello, se suman que, debido “a las sanciones” no se puede realizar el respectivo mantenimiento preventivo y modernizar el sistema.
Este mes se cumplirían cuatro años del megapagón de marzo del 2019 que dejó a Venezuela entera sin electricidad por varios días.
Aunque desde ese años no ha habido ninguna crisis tan grave, la situación no se ha solucionado, aunque en Caracas y su zona metropolitana, “no se nota tanto”, por ser una especie de vitrina de lo que pasa en Venezuela.
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La diferencia está en el interior del país, como evidentemente, lo señala el reporte de la ONG.
Las consecuencias de los apagones son varias y recientemente, la ONG Médicos por la Salud informó que, por ejemplo, al menos 261 muertes en los hospitales del país se registraron en 2022 a causa de las interrupciones.
Pero, la Encuesta Nacional de Hospitales aclaró que este tipo de muertes han disminuido tras la incorporación de plantas eléctricas en las zonas de emergencia y de cuidados intensivos gracias a la ayuda humanitaria o las donaciones que llegan a los centros de salud.
