Antony Blinken, secretario de Estado de EE.UU. dijo que la administración de Joe Biden se enfocará en la defensa de los DD.HH y criticó la participación de regímenes como los de China, Rusia y Cuba en esa instancia de la ONU
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, está claro. Aseguró este miércoles que EE.UU. regresó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, para condenar las violaciones cometidas en Venezuela, China o Rusia.
Estados Unidos “seguirá denunciando abusos en países como Venezuela, Nicaragua, Cuba o Irán”, subrayó. Blinken hizo la afirmación en su primera intervención ante el Consejo.
Allí también anunció que su país presentará su candidatura a ser miembro de este órgano -formado por 47 Estados- para el trienio 2022-24.
Blinken recalcó asimismo que la vuelta de EE.UU al organismo no significa reconocer que este sea perfecto. Subrayó al respecto que la instancia de la ONU debe reconsiderar “su desproporcionado enfoque contra Israel”. También el hecho de que entre sus miembros haya frecuentemente regímenes autoritarios.
“Los que tienen peores registros de derechos humanos no deberían ser miembros de este Consejo”, defendió. Lo hizo en clara alusión a la participación de Nicolás Maduro, entre otros.
Lea también: Canciller de Colombia: «en Venezuela hay una dictadura criminal que no merece concesiones»
Rusia, China y otros
Al gobierno ruso le exigió una vez más que “libere inmediatamente y sin condiciones a Alexei Navalny”. También a “otros cientos de ciudadanos rusos erróneamente detenidos por ejercer sus derechos”. Recordó los ataques a las libertades fundamentales en Birmania (Myanmar), Siria o Corea del Norte, publicó la agencia Efe.
“Esperamos trabajar con nuestros socios en este órgano y con las ONG de todo el mundo para garantizar que el Consejo cumple su función y efectivamente contribuye a la mejora de los derechos humanos en el mundo”, resumió el jefe de la diplomacia norteamericana.
Blinken aseguró que el nuevo gobierno de Joe Biden ha puesto la democracia y los derechos humanos en el centro de su política, algo que empieza por “luchar por ellos en casa”, abordando problemas como el “sistemático racismo” de la población negra en Estados Unidos, entre otros.