Mandaderos, gariteros, traficantes y malandros; la escala de la muerte que el “Koki” le ofrecía a los niños y adolescentes que vivían en la Cota 905
Calos Luis Revette mejor conocido como “El Koki” principal líder delictivo de la banda criminal que operaba en la Cota 905, se aprovechaba de la precariedad y su autoridad delictiva para influir negativamente en los niños y adolescentes de esa zona popular.
Sus intenciones se combinaban con la necesidad que padecían las familias de esa zona popular del oeste de Caracas; para que los adolescentes se sumaran a sus filas y formaran parte de la terrorífica “megabanda”.
De esa manera, “El Koki” asignaba diversas tareas a niños y adolescentes para que contribuyeran en la operatividad de la organización delictiva.
De acuerdo con la organización Cecodap, el proceso de reclutamiento se intensificó cuando los delincuentes planificaron la conquista de La Vega. También se enfocaron a engrosar sus militantes para enfrentar a las fuerzas de seguridad.
El ingreso de dólares semanales resultó ser el anzuelo principal usado por los antisociales para captar a los jóvenes; quienes ejercían cuatro roles diferentes: mandaderos, gariteros, traficantes y malandros.
«Mientras más avanzan en la carrera más riesgo de muerte corren los menores de edad”, detalla la investigación.
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¿Cuáles tareas cumplían?
Los mandaderos normalmente eran niños pequeños que se encargaban de llevar alimentos o cualquier bien que necesitarán los integrantes de la banda.
Los gariteros, vigilaban quiénes entraban a los barrios y delataban a quienes no cumplían las reglas impuestas por la organización.
Los traficantes manejaban el negocio de la droga y el malandro era el último peldaño en la escala de ascensos; al que se llegaba cuando se comprobada la disposición de consolidar y ampliar el poder de la organización criminal.
#EsclavizarParaDelinquir #30Mar López: existen grados crecientes de vinculación de NNA con las megabandas. Mientras más se ascendía se estaba más cerca de la muerte. https://t.co/r89Ccg1WUB pic.twitter.com/DBRiqGR2NL
— Cecodap (@cecodap) March 30, 2022
«Mientras más se ascendía se estaba más cerca de la muerte», señaló Edgar López, investigador.
La ONG concluyó que este tipo de prácticas, muy probablemente se llevan a cabo en otras zonas del país.
«Mientras el problema estructural siga, continuará el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes», advirtió.
