jueves, abril 18, 2024
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Es contigo Luisa
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En Derecho Penal, pedir perdón o perdonar no exime la responsabilidad que deviene de un perjuicio indebido. La torcedura de la justicia para someter a otro a un proceso, que lo lleva sin motivo y en desventaja insalvable ante policías, fiscales y jueces, no es de aquellas conductas que luego se puede justificar con excusas de: “me obligaron; no sabía; no era mi intención; me equivoqué”.  

La responsabilidad de trabajo en el campo criminal es delicada. Las consecuencias de la culpa o dolo en el enjuiciamiento no son juego y en algún momento se pagan, aunque se piense que las estructuras no darán la talla para cobrarlas o se esté convencido que pertenecer a la sociedad de cómplices, brindará impunidad.

“En Derecho Penal, pedir perdón o perdonar no exime la responsabilidad que deviene de un perjuicio indebido”

Es de abogados errar, pero cuando el yerro es vulgar, atrevido, burdo, las alarmas se disparan. Hay desaciertos comprensibles, por ejemplo, el fiscal que acusa por homicidio frustrado, pudiera ser que  estuviera ante circunstancias fácticas de unas lesiones gravísimas de difícil apreciación; pero hay a los que se les nota la costura, verbo y gracia, una condena por “corrupción espiritual”.  “Ahí está el detalle”, diría Cantinflas.

La estulticia lleva al convencimiento que cruzar la calle desde la acera en que se infringió la maldad judicial para desde la del frente hacer actos de contrición,  exime de culpabilidad.

El 16 de septiembre la Misión de Naciones Unidas para investigar las ejecuciones extrajudiciales; desapariciones forzadas; detenciones arbitrarias;  torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes cometidos desde 2014 en Venezuela, publicó Informe devastador para la dictadura… no es el tema de estas líneas, sí lo será ver hasta dónde puede llegar la desvergüenza de personas que son unas cuando tienen poder y otras cuando no.

Luisa Ortega Díaz fue designada Fiscal General en 2007. La nombró la Asamblea Nacional, período 2006-2011,  “roja rojita” porque la oposición decidió no participar, pero es notorio que fue puesta a dedo por Chávez.

Fue Luisa una de las principales colaboradoras para cumplir el deseo que pidió  el “eterno”  un 11 de diciembre de 2009, de una sentencia de 30 años contra  la juez Afiuni. Lo complació creando la “corrupción espiritual”, figura “jurídica hedonista” que  consistió en el placer que según sintió al conferir medida cautelar a un banquero.  También obligó a fiscales a que acusaran a  Leopoldo López, por órdenes superiores, sabiendo que no había fundamento serio para ello. Engavetó miles de investigaciones de delitos en PDVSA que comprometían a otro arrepentido de su grupo, Rafael Ramírez, enterada  que  se fraguaba el mayor caso de corrupción de la historia de la humanidad. Hay más, pero el espacio es corto.  

Desde la acera de enfrente la “Fiscal en el exilio” como se hace llamar Luisa, escribió en Twitter: “Desde el Ministerio Público… agradecemos a la Misión de Determinación de hechos en Venezuela de la ONU por el arduo trabajo realizado, junto a nuestro equipo, para la elaboración del informe presentado ayer” (17 de septiembre). También: “Seguiremos trabajando con los expertos delegados de la ONU, especialmente con la Alta Comisionada para los DDHH… para promover las acciones necesarias que permitan frenar los crímenes de lesa humanidad en #Venezuela y acabar con el sufrimiento del pueblo” (igual fecha).

Luisa, se repite, en Derecho Penal no hay auto-perdón. Fuiste pieza fundamental de una organización que de manera metódica usó el sistema de justicia para acallar la disidencia.  La paz interna, que es a la que puedes aspirar, sólo la alcanzarás respondiendo por el mal que repartiste, no alegando que lo lamentas. Ve ante Bachelet y dile que te investigue; ve a la Corte Penal Internacional y presenta un escrito poniéndote a disposición, sabes mucho.

No creas que la ayuda que das a la ONU es un favor, es tu obligación, pero entiende, la única forma de redimirte es que te sometas a un juicio en el que con todas las garantías se determine si  incurriste o no en delitos de lesa humanidad durante los 10 años que serviste como Fiscal de la Dictadura. Eso es lo que te corresponde… y vas bien.

@doctorgoitia

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