El dolor está más vivo que nunca en Uvalde y la rabia perenne en EE.UU. porque no se hace nada para evitar estas tragedias. Este miércoles fue el velorio de una de las maestras víctimas de la masacre de Texas, Irma Linda García, que lo hicieron junto a su esposo quien murió días después por una enfermedad. “No aguantó la pérdida de su compañera”
Este miércoles velaron a una de las dos maestras asesinadas la semana pasada en la masacre de Texas, junto a su esposo que murió días después “por una emergencia médica”.
“No aguantó el dolor de perder a su compañera de vida”, dijo uno de sus familiares a medios locales.
Irma Linda García, de 48 años, la asesinó Salvador Ramos, el joven de 18 años que ingresó con un rifle semiautomático a la primaria Robb Elementary el pasado 24 de mayo.
Ramos desató una matanza que acabó con la vida de las dos maestras y de 19 niños.
Rabia colectiva porque no se hace nada
Uvalde está de luto. Sus ciudadanos aun no entienden por qué pasan estas tragedias en un país tan avanzado como Estados Unidos.
Hay una combinación de rabia porque las autoridades no toman las medidas para evitar estas tragedias y dolor tras la pérdida de vidas inocentes a manos de un joven con una familia disfuncional.
Los comentario en el velorio no se hicieron esperar, algunos critican que congresistas tampoco resuelvan el tema de la Segunda Enmienda que establece como legal el uso de armas entre civiles.
“Solo se debate cuando ocurre una tragedia y queda en el olvido”, dijo uno de los asistentes al velorio.
Esta tragedia, ha provocado llamados desesperados de distintos sectores para que el Congreso apruebe leyes más estrictas sobre la venta y porte de armas de fuego. Pero nada que resuelven.
24 años de casados y cuatro niños huérfanos
La maestra Irma García y su esposo Joe, que murió dos días después, llevaban casados más de 24 años.
“Comenzaron su relación en la escuela secundaria”, dicen los obituarios de ambos.
El fondo colectivo GoFundMe creado para los García, indicó que Joe murió por una “emergencia médica” el 26 de mayo, reseñó AFP.
En principio se buscó recaudar 10.000 dólares, pero hasta ahora se llevan donados más de 2,78 millones.
“Realmente creo que Joe murió con el corazón roto y perdiendo al amor de su vida”, decía la página.
Los féretros cubiertos de flores fueron llevados a la Iglesia Católica del Sagrado Corazón de la localidad para una misa a la que asistió el secretario de Educación, Miguel Cardona.
“Debemos unirnos como país en contra de este ciclo de violencia sin sentido”, escribió el funcionario en un comunicado.
Aún hay niños hospitalizados
Según medios locales, cinco víctimas, entre ellas dos niños, permanecían hospitalizadas el miércoles en la ciudad de San Antonio.
Los primeros funerales de los estudiantes muertos en el ataque se llevaron a cabo el martes. Mientras la comunidad lloraba a las víctimas, la ira se encendió por la respuesta demorada de la policía durante el incidente.
Tras intensas críticas, el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS), Steven McCraw, admitió que fue una “decisión equivocada” esperar más de una hora para neutralizar el atacante.
Siguen los tiroteos
El de Uvalde fue el segundo ataque más letal contra un centro educativo desde el asesinato de 20 niños y seis adultos en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, en 2012.
Sin embargo, tras la matanza de Uvalde, hubo una docena de tiroteos con más de cuatro muertos reportados en todo el país el fin de semana largo del “Memorial Day” (Día de los Caídos).
Según el sitio web Gun Violence Archive, hubo al menos 132 muertes y 329 heridos por armas de fuego en todo el país desde el sábado 28 hasta el lunes 30 por la noche.