“Nosotros aceptamos porque lo que buscamos es que haya acuerdos y diálogo entre las partes”, explicó el mandatario
El presdiente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó este jueves que el diálogo entre Nicolás Maduro y la oposición se hará en su país, con la mediación del reino de Noruega. Lo que no dijo el mandatario es la fecha, pero extraoficialmente se maneja el 13 de agosto como el día del inicio.
“Me acaba de informar el secretario de Relaciones Exteriores, Mauricio Ebrard, que Noruega propone que México sea sede para llevar a cabo estas negociaciones y nosotros aceptamos”.
Así lo manifestó el mandatario durante su habitual conferencia matinal. “Son pláticas del gobierno de Venezuela y la oposición. Ojalá y se logre un acuerdo”, agregó.
“Nosotros aceptamos porque lo que buscamos es que haya acuerdos y diálogos entre las partes”, explicó.
En junio pasado, la cancillería mexicana informó que impulsaba con Noruega el diálogo. Pero, aún no habían definido dónde se llevaría a cabo.
El 24 de julio, Maduro dijo que esperaba que la mesa se instalara en México en agosto. Agregó que “posiblemente” contaría con la participación del gobierno de Estados Unidos. La última vez que el oficialismo y la oposición se sentaron en una mesa de negociaciones fue en Barbados en 2019. El proceso también lo condujo Noruega. Esas conversaciones se agotaron sin acuerdos.
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¿Más de lo mismo?
Maduro habló en otras oportunidades de su disposición a dialogar con la oposición que lidera Juan Guaidó.
Sobre estas negociaciones, Maduro advierte que serán con una “agenda compleja, difícil”, pero que ya se han sentado las bases del arranque del diálogo.
Maduro había condicionado su participación al levantamiento de sanciones económicas, que incluyen un embargo al petróleo . Además del cierre de las vías de financiamiento en medio de una dura crisis económica.
Guaidó también ha dicho estar preparado para sentarse con el gobierno. Exige un cronograma de elecciones que incluya comicios presidenciales, a cambio de un “levantamiento progresivo” de sanciones.
Estados Unidos y la Unión Europea ya han expresado su disposición a revisar las medidas coercitivas si avanzan las discusiones en pro de elecciones “creíbles”.