Revela un diagnóstico de país que amerita un acuerdo nacional para enfrentar los serios retos, pero donde que el mayor lo tendrá, sin duda, el jefe de Estado
La última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) recoge los problemas estructurales que presenta Venezuela y de los que, sin duda, debe ocuparse el presidente electo para el período 2025-2031.
La situación requiere con urgencia construir un acuerdo nacional para aplicar políticas públicas que permitan superar las deficiencias sociales y económicas de la población vulnerable, pero el reto mayor lo tendrá, por supuesto. el jefe de Estado.
Bajo el título de “Radiografía de la vulnerabilidad social en Venezuela y propuesta de políticas públicas”, el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB), reveló los puntos neurálgicos, que aquí le presentamos y que sirven como guía de dónde estamos parados.
Ausentismo en aulas de clase
Entre los hallazgo del estudio, si bien se revela que el nivel de cobertura educativa (volumen de población escolarizada) subió tres puntos en 2023, en comparación con 2022, y llegó a 66% (7,61 millones de niños y adolescentes entre 3 y 24 años), el 40% de los alumnos entre 3 y 17 años que están escolarizados no asiste a clases con regularidad, por diversos factores.
“Se trata de 2,6 millones de niños, niñas y adolescentes que faltan algunos días a clases, y casi el 50% de las razones aludidas con mayor frecuencia tienen que ver con la falta del personal docente por huelgas (30%) o por ausentismo (18%). Otras razones menos mencionadas, pero muy relevantes, tienen que ver con fallas en los servicios públicos y falta de comida en el hogar o la escuela”, comentó la coordinadora de la investigación, profesora Anitza Freitez durante la presentación del estudio.
Con relación al acceso a alimentación en las escuelas se mostró un importante deterioro. El sondeo muestra que el nivel de cobertura del Programa de Alimentación Escolar (PAE), responsabilidad del Estado, cayó cinco puntos en un año y pasó de 67% a 62%.
Niveles de pobreza y alimentación
Los resultados de la ENCOVI apuntan a que la mejoría en los indicadores de niveles de pobreza del año 2022 se detuvo en 2023. Registra que 82,8% de los hogares queda en la categoría de pobres por ingreso (no contaron con el dinero suficiente para adquirir la canasta básica) y 51,9% se ubicó en pobreza multidimensional, vinculada no solo a los ingresos sino a condiciones como vivienda, servicios públicos, protección social, trabajo y educación. Es decir, uno de cada dos venezolanos se ubica en este estado de pobreza.
Según lo reportado por los entrevistados, 70% de la población del país se encuentra en un nivel de vulnerabilidad de medio a muy alto frente a riesgos naturales, frente al 63% que se estimaba en esta situación en 2015
Trabajo, ingreso y desigualdad
En este aspecto resalta la importancia que tiene insertar a la mujer en el mercado laboral dado el impacto directo que esto tiene sobre el ingreso de las familias. “Superar las barreras de acceso de la mujer al trabajo es una manera de combatir la pobreza de ingreso y las condiciones de vulnerabilidad de los hogares”, sostiene.
Solo 37,3% de las féminas en edad de trabajar participan en el mercado laboral, versus 62,7% de los hombres. Además, los hombres reciben en promedio 7,7% más remuneración que las damas.
También apunta significativas desigualdades en cuanto al ingreso por nivel educativo y área territorial, siendo la ciudad de Maracaibo (Zulia) la más afectada.
Asimismo, expone las cifras de ingreso en los sectores público y privado.
Acceso a la salud
Según la ENCOVI 2023 15% de las personas reportaron haber tenido algún problema de salud o accidente en el mes previo a la encuesta.
La evolución de este indicador durante los últimos 3 años está relacionada con los efectos de la pandemia. En el año 2021 se estimó en 11% considerando que las medidas de confinamiento contribuyeron a reducir los riesgos de enfermedades o accidentes.
Mientras que en el año 2022 se duplicó la frecuencia de personas reportadas en esa condición teniendo en cuenta la vuelta a la normalidad ya en un contexto de postpandemia.
Es importante acotar que el reporte de los problemas de salud está claramente asociado a la edad. Su frecuencia es mayor al comienzo de la vida, decrece en las edades más jóvenes y tiende a crecer en edades adultas jóvenes y entre las personas mayores.
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Diáspora venezolana, el problema migratorio
La ENCOVI 2023 ha captado algunos cambios en los flujos migratorios de venezolanos debido a:
-Un clima social adverso, xenofobia y endurecimiento de medidas de permanencia;
-y la reorientación de flujos hacia Estados Unidos y España por efecto de reagrupación familiar y de cierta flexibilización en el ingreso y permanencia.
Asimismo, se dio menor concentración de venezolanos en Colombia y Perú y aumento de aquellos que están viviendo en Estados Unidos y España. Chile se posiciona como el tercer país receptor.
Es importante destacar el cambio que ha habido este último año, que la población venezolana que migra es cada vez de mayor edad. Ya no son solo los jóvenes aventureros o mochileros, sino también personas de mayor edad influenciado por el sueño de una mejor calidad de vida y por la crisis en el país.
Casi la mitad de los migrantes se concentraron en el grupo etaria de 30 a 49 años, mientras que seis años atrás la ENCOVI 2017 daba cuenta de una representación todavía más amplia en el tramo de 15 a 29 años.
El fenómeno también se da con relación al nivel de calificación educativa.
Los flujos de migrantes venezolanos que dejaron el país durante el período 20122017 se caracterizaron por su alto perfil educativo. Casi la mitad de los hombres había alcanzado la educación universitaria al igual que una de cada 3 mujeres.
Pero con la intensificación del éxodo se incorporaron personas con menor capital educativo, en su mayoría con educación media completa o menos.
