Luego de 751 días “en una misión secreta”, como su madre les hizo creer a los pequeños estaba su padre, Juan Requesens pudo abrazar a sus hijos. “¡Papi, papi. Te tengo una sorpresa!”, dijo la pequeña de 5 años…
“¡Papi, papi. Te tengo una sorpresa!” Como medicina que cura el alma es para Juan Requesens escuchar a sus hijos llamarlo papá y abrazarlos, luego de estar “en una misión secreta de trabajo” como le plantearon a los pequeños su secuestro por parte del régimen.
Requesens estuvo más de 751 días sin ver a sus dos pequeños, una niña que cuando lo detuvieron el 7 de agosto de 2018 tenía 3 años y un niño que apenas cumplía un año de edad.
Lea también: Oposición dividida en métodos desiguales
El conmovedor encuentro fue publicado en Instagram por el líder Henrique Capriles Radonski con un escrito que dice: “Grande @juanrequesens. Todos los padres entendemos como nunca el valor de este reencuentro”.
Requesens lo detuvieron en 2018 en un operativo organizado y dirigido por Funcionarios del Servicio Bolivariano de nteligencia Nacional (SEBIN), junto a su hermana Rafaela.
Lo acusaron de supuesta complicidad en la activación de dos drones cargados de explosivos cerca de la tarima donde Nicolás Maduro daba un discurso durante una parada militar en la avenida Bolívar de Caracas.
Días después de su detención, el régimen mostró imágenes –en cadena nacional- del diputado por el estado Táchira drogado, en bóxer y con excremento, signos de tortura y maltrato en los calabozos del Helicoide.
Según el vicepresidente de Maduro, Jorge Rodríguez, el joven diputado había confesado que Julio Borges lo había contactado para pasar a una persona de Venezuela a Colombia, Juan Monasterios, quien supuestamente participó del supuesto atentado con drones.
La familia de Juan Requesens denunció que al diputado lo sometían a torturas, tratos crueles e inhumanos para que el régimen obtuviera falsas declaraciones.
Dos años en la oscuridad de un calabozo
El calvario vivido por Requesens le ha quitado dos años de su vida. Su único delito, denunciar con vehemencia la violación de los derechos humanos por parte del régimen y haber sido frontal en sus críticas a la crisis del país.
Dos años de su vida en la oscuridad de un calabozo, aislado y que puso en riesgo su vida en la sede del Sebin, Helicoide.
Lo peor para ese padre tan joven es que le robaron 751 días de ver crecer a sus pequeños hijos en unas edades tan importantes para la formación de un ser humano.
Hoy ambos pequeños tienen 5 y 3 años y las imágenes más que conmovedoras, dejan en la reflexión del colectivo lo que es capaz de hacer un régimen por mantener el poder.
A Requesens se le otorgó la medida de arresto domiciliario, luego de una negociación entre factores de la oposición y el régimen de Maduro.
Ya sus hijos están con él y su madre ya no tiene que hacer “maromas” y enfrentar el maltrato de los funcionarios para llevarle la comida al Helicoide y quedarse esperando, rezando a Dios porque eso llegara a manos de su hijo.
Hoy está en su casa, injustamente sigue preso, pero bajo el cuidado de sus padres y el amor de sus pequeños y toda su familia. Nadie le devolverá a Juan Requesens los años perdidos en la oscuridad de cuatro paredes…
