A pesar de la ilegalidad, por ser un juego de envite y azar, muchos resuelven el día con un “cartoncito”
Las loterías comunales han tomado mucha fuerza en el oriente del país, A pesar de lo ilegales que puedan ser, los sorteos son realizados en espacios públicos y se han convertido en un esparcimiento para grandes y pequeños, que con un poco de suerte, pueden resolver un día.
“Yo me gané mil dólares con el burro” cuenta una mujer que todos los sábados y domingos juega en distintos sorteos, “por dos o 3 dólares ganas premios de cosas que no puedes comprar”.
El cartón consta de seis casillas, cada una tiene ocho figuras, que pueden ser frutas, herramientas, objetos, animales, elementos de la naturaleza, entre otros, se debe llenar una línea para premios especiales y ocho figuras en una casilla para el premio mayor.
Para Carlos Márquez, habitante de la ciudad de Barcelona, un golpe de suerte puede ayudar a cambiar la situación de un hogar. “Yo no sé si es legal o no, pero llevarte una nevera nueva por dos dólares, uno no lo piensa”, Márquez asiste todos los domingos a las cuatro de la tarde a los sorteos que se realizan en la urbanización Boyacá, mejor conocida como los Tronconales.
Loterías comunales por doquier
No hay límites de cartones. Los jugadores compran desde uno hasta diez, toman los espacios públicos donde se convocan los sorteos, llevando de sus casas sillas, mesas, hidratación y hasta comida, pues los juegos duran entre 3 a 5 horas dependiendo de las jugadas.
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Una organizadora, que pidió no ser identificada, dice que “lanzamos de 5 a 6 sorteos, con el mismo cartón, o sea pagas dos dólares y juegas toda la tarde, puedes hasta ganar varias veces con el mismo cartón”.
La legalidad de estos sorteos está en tela de juicio y hay detractores de estos juegos, pero solo en el norte de Anzoátegui, se pueden registrar hasta diez sorteos simultáneos en diferentes barriadas populares.
