Habitantes de la Cota 905 cuentan cómo se vive en una verdadera zona de guerra. Un territorio liderado por peligrosos delincuentes
En la Cota 905 no solo están peligrosos delincuentes, también es una zona intocable para organismos de seguridad.
Combatir a esas organizaciones delicuenciales complejas y de gran magnitud es delicado y peligroso.
¿Cómo es convivir en medio de la delincuencia e inseguridad que generan estas organizaciones? Habitantes y vecinos contaron cuál es la realidad.
En este reportaje de Joan Camargo para “Huellas Criminales” de Impacto Venezuela sabrá qué es permanecer en constante zozobra en una zona donde reina la impunidad.
La Cota 905 donde el sonido de las armas del fuego es permanente, donde salir de las casas o abrir negocios es prohibido y donde el cabecilla de la banda es quien manda.
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Lo que fue una zona de paz hoy en día es un verdadero emporio de la delincuencia, un lugar donde el Estado cedió al monopolio de la violencia a las megabandas.
Todo esto sucede bajo la mirada indiferente de las autoridades y la impunidad que se vive en esta zona. Es vivir bajo el yugo del hampa.
¿Quiénes son las víctimas de estas megaestructuras del crimen? ¿Quiénes las conforman y por qué? ¿Desde dónde vigilan a su “enemigos”? ¿Cómo festejan la muerte?
Las respuestas aquí:
La Cota 905 es el nombre que recibe a la carretera que se localiza en las Parroquias La Vega, El Paraíso y Santa Rosalía en el Municipio Libertador al oeste del Distrito Metropolitano de Caracas45 y al centro norte del país sudamericano de Venezuela. Su nombre “Guzmán Blanco” se debe a un gobernante venezolano del siglo XIX Antonio Guzmán Blanco.
