La agresión reciente contra cuatro funcionarios del CICPC , quienes fueron interceptados en el túnel de El Paraíso, emboscados y heridos por parte de bandas delincuenciales, es un claro signo de que el problema se les fue de las manos al Gobierno Nacional, bien sea por incompetencia o por complacencia.
El acto estuvo caracterizado por una alevosía extrema ,la cual pudo arrojar consecuencias mayores y lamentables. Hasta ahora hay dos argumentos que plantean quienes estudian la situación. Las bandas delictivas de la Cota 905 , de El Valle y La Vega se han fortalecido a tal punto que se han vuelto incontrolables y muy bien armadas, frente a un gobierno que no actúa o cuando lo hace , exhibe una pasividad sospechosa y lamentable.
Nadie puede aceptar la idea de que el gobierno no haya podido erradicar a esos grupos armados irregulares. Por el contrario, se asume que se trata, si no de un apoyo claro y manifiesto con fines que poca gente conoce, por lo menos estaríamos en presencia de una incompetencia total.
Nadie se explica cómo es que estando perfectamente ubicados en zonas específicas, no haya habido hasta ahora , un trabajo de inteligencia policial para neutralizarlas o sacarlas de circulación, sobre todo, cuando se cuenta con grupos altamente especializados y adiestrados en cuanto a operatividad y tácticas policiales como el B a e(Brigadas de Acciones Especiales) del CICPC y los grupos comandos del SEBIN y de la Policía Nacional Bolivariana.
Los más audaces se atreven a asegurar que esas bandas cuentan con el apoyo claro, público e indubitable del Gobierno Nacional. Este último grupo de analistas también asegura que el apoyo oficial a esas bandas delictivas se ha puesto de manifiesto en varias ocasiones.
¿La última? Lo ocurrido con el antiguo club de la Policía Metropolitana en El Pinar en Caracas. Señalan que no hubo ninguna toma, como se quiso hacer ver, sino una entrega sumisa y coordinada en altos niveles gubernamentales. En otras palabras, los seis o siete funcionarios que estaban dentro del club, debieron salir sin presentar resistencia de ningún tipo. Esto quiere decir, que tenían órdenes o instrucciones previas. Sin dudas, este caso mantiene indignados a muchos funcionarios de la PNB acusados de mantener vinculaciones irregulares con algunas bandas que han venido operando en la capital. En los días siguientes abundaban las fotografías que daban cuenta de “los días de un lucido picnic” por parte de las bandas durante cuatro días de la Semana Santa.
Tratándose de un país en el cual el Presidente de la República es Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y coordinador de la política exterior y responsable de la seguridad interna , se puede concluir, en forma lógica, que el Presidente Maduro es el único responsable de la difícil situación planteada y generada por la acción de estas bandas armadas como nunca antes. Responsable por incapacidad o por razones particulares, cuyo fin es solo conocido en las esferas del Alto Gobierno.
