La periodista Rosalí Hernández para Testigo Directo nos cuenta los obstáculos que sufren los venezolanos para lograr inocularse y cómo las vacunas contra la COVID-19 se convirtieron en un negocio perverso
Venezolanos ávidos de vacunas contra la COVID-19 pagan de 20 a 600 dólares por inmunizarse en el mercado negro, lo que ha convertido el proceso en un negocio perverso.
Expertos advierten que la corrupción ocurre por “desespero” ante la opacidad del plan nacional de vacunación.
Hasta junio de 2021, la administración de Maduro sólo había vacunado a 4 por ciento de la población.
Esto lo convierte en el país de la región con la peor proporción en vacunación contra la COVID-19.
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El Ministerio de Salud de Maduro habilitó una plataforma tecnológica para seleccionar a través de mensajes las personas a vacunarse.
También está habilitado el Sistema Patria que utiliza Maduro para el control político de la población.
Sin embargo, miles de personas hacen largas colas en los centros de vacunación sin recibir mensajes para lograr ser inoculados contra la enfermedad.
La periodista Rosalí Hernández para Testigo Directo nos cuenta los inconvenientes que sufren los venezolanos para lograr inocularse y cómo las vacunas contra la COVID-19 se convirtieron en un negocio perverso.