El proyecto era edificar sedes para el Sistema de Orquestas en siete ciudades del país, pero solo se comenzó a construir una que desde el 2020 está paralizada
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó en 2007 un financiamiento de 211 millones de dólares para la ampliación de El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Lo hizo a través del Programa Segunda Fase Acción Social por la Música.
No obstante, según una investigación realizada por reporteros de los portales Tal cual, El Pitazo y Runrunes, de las obras que debían edificarse con esos recursos, solo se comenzó una. Y la misma, desde el 2020, está paralizada.
El proyecto estipulaba la compra de instrumentos musicales, ampliar la matrícula de estudiantes, capacitar al personal docente. Además de construir siete edificaciones para la enseñanza de música ubicados en Maracaibo, Maracay, Puerto Ordaz, Puerto La Cruz, Mérida, Barquisimeto y Guanare.
También establecía que del total de financiamiento, 150 millones de dólares los daría el BID y 61 millones de dólares correrían por parte del Estado venezolano.
La construcción de las siete sedes tenían como objetivo descentralizar a El Sistema en lo administrativo y lo operativo. Se buscaba tener la capacidad para atender el incremento de la demanda que se proyectaba en un futuro.
No obstante, en 2009, modifican el contrato y cambian el centro que se construiría en Guanare, por una nueva sede en Caracas. Y se edificó el Centro de Acción Social por la Música, en una primera fase del proyecto.
Quince años después de la firma del contrato, solo se inició la construcción del centro de Caracas, pero desde 2020 está paralizada por falta de recursos, señala la investigación.
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Espera y desespera
En el resto de las ciudades se sigue esperando por los terrenos y la construcción quedó solo en los planos. En el caso de la sede en Barquisimeto, el espacio se utilizará para instalar una feria de comida.
Los reporteros hicieron recorridos en los lugares donde se construirían los siete centros y entrevistaron a profesores, músicos y gerentes de El Sistema. Todo para conocer los beneficios del programa y el estatus de las obras.
Tras estas visitas a los lugares donde se tenía planificado construir los modernos complejos de música, encontraron un patrón. No se les hace mantenimiento a las instalaciones, algunos núcleos están cerrados y la mayor parte de los espacios en donde operan son prestados o alquilados.
Por otra parte, revisó las memorias y cuentas, leyes de presupuesto y leyes de endeudamiento para determinar si los montos reflejados en los documentos presupuestarios de Venezuela no se corresponden con los desembolsos realizados por el banco multilateral.
La comparación arrojó que el Estado venezolano ha presupuestado 332,94% más del valor inicial del proyecto. Mientras, las leyes de endeudamiento reflejan que el país planificó endeudarse por 831,18% más del dinero previsto.
La investigación reveló que en los presupuestos y memorias y cuentas no hay detalles sobre el dinero desembolsado por Venezuela para la ejecución del programa.
El Banco Interamericano de Desarrollo transfirió 124 millones de dólares al Gobierno venezolano entre 2008 y 2017. Lo hizo para la construcción de 7 centros de El Sistema en las principales ciudades del país.
Pero casi 15 años después apenas se ha levantado una de las obras prometidas. Mientras, en algunos de los terrenos asignados se planifican otros proyectos, como la instalación de una feria de comida.
“La orquesta más grande del mundo” evidencia falencias materiales. Estas incluyen desde la falta de un salario competitivo para sus docentes hasta las dificultades para ensayar por falta de espacios óptimos, resume la investigación.
