jueves, abril 25, 2024
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Andrés Villota Gómez
Andrés Villota Gómez
@AndresVillotaGo

El Efecto Streisand
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En el año 2003 publicaron una foto que mostraba la erosión de la costa de California. La actriz Barbra Streisand armó un alboroto inmenso para pedir que retiraran esa foto porque aparecía su casa. Nadie sabía que una de las casas era la de Barbra Streisand que, al tratar de prohibir la publicación para que no vieran su casa, generó el efecto contrario al darle inmensa publicidad y difusión a lo que quería ocultar. Se conoce como “Efecto Streisand” al fenómeno en el que aumenta el interés por un tema o un hecho cuando es censurado o prohibido, en la Era de la información y del internet.

En la actual vorágine de censura, prohibición, cancelación cultural, tergiversación de la realidad y galimatías históricos desatada por activistas, seudo intelectuales y periodistas de los medios de comunicación tradicionales, se trata a la sociedad como si fuera la misma del siglo antepasado. La sociedad con el más alto nivel de escolaridad en la historia de la humanidad es tratada como analfabeta e ignorante, a la que le tienen que decir lo que debe hacer o pensar de acuerdo con la agenda y los intereses ocultos de los que están detrás del ejército de censuradores y prohibicionistas.

Ha llegado tan lejos el dominio ejercido sobre la sociedad, que se generó una alta dependencia de validadores que son los que deciden lo que es verdad, lo que es real y la narrativa que está permitida. Esos validadores están en todas partes. En el chat de amigos en WhatsApp, por ejemplo, el mandamás que decide cuál debe ser el sesgo de la discusión y determina cuáles son los temas permitidos, él mismo que sentencia “el chat no es para eso” porque le dañan su discurso trasnochado que le han oído desde que estaban en kínder.

“Se conoce como ‘Efecto Streisand al fenómeno en el que aumenta el interés por un tema o un hecho cuando es censurado o prohibido, en la Era de la información y del internet”

Andrés Villota Gómez

También están en lo macro. La venerable Reuters, por ejemplo, determina cuáles hechos son verdad y cuáles son falsos a través de sus Fact Checkers que incluye desde asegurar que Joe Biden se partió el tobillo derecho jugando con su perro, hasta determinar cuáles fotos de Nancy Pelosi del siglo pasado son auténticas y cuáles son fotomontajes, como el de la foto de la “Monita Retrechera” con Ernesto Samper. La respetada Newsweek, también, hizo una publicación en la que acusa a los Trumpistas de crear una teoría de la conspiración que involucra a la naviera del barco que bloqueó el Canal del Suez, con los Clinton y con el tráfico de niños. Cabe preguntarse: Por qué le dedican tanto tiempo estos medios a probar que son falsos esos hechos? ¿Es necesario hacer un estudio o un documental para probar que los unicornios no existen?

Recuerdo un discurso de Juan Manuel Santos en el que le contó al mundo todo lo que iba a hacer en el Acuerdo de Paz y todos los beneficios que le iba a dar a las FARC anteponiendo a cada frase un “dizque”, “se inventaron”, “dicen por ahí”, “un rumor”. Eso mismo están haciendo hoy, desde sus estertores, los grandes medios de comunicación contando lo que está pasando pero anteponiendo calificativos como “la extrema derecha dice” o “la teoría conspirativa”. También lo hace HBO que presentó un documental sobre Q, y South Park que hizo un especial sobre la vacunación, el tráfico de niños y el Adrenocromo mezclando personajes de la realidad con los personajes de la serie e involucrándolos en situaciones que presentan como ficticias.

El 20 de marzo del 2021, Google incluyó el nombre de Richard Grenell dentro de la lista de Presidentes de los Estados Unidos. Luego se excusaron y aclararon que por un “error involuntario” habían incluido una foto, una reseña y una biografía del ex director del Departamento de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos en la sección de los presidentes. Esa puede ser una nueva modalidad para llamar la atención sobre determinados temas sin que exista la censura, la prohibición o la cancelación.

El Efecto Streisand le ha permitido a muchos unir los puntos que, en otras circunstancias, jamás hubieran relacionado. Muchos han podido entender la relación entre la crisis en la frontera sur de los Estados Unidos, con la canción Runaway Train (1992) de Soul Asylum, con el “reclutamiento” de niños en Colombia, con la película Indiana Jones and the Temple of Doom (1984) o la película Sound Of Freedom (2020), y con lo que dijeron Ricky Gervais, Tina Fey y Jane Fonda en los Golden Globe Awards.

Desde que el petimetre Jack Dorsey canceló en Twitter la cuenta de la persona más poderosa del mundo se desató el Efecto Streisand a una escala global que, sin duda, puso a la sociedad a pensar, a cuestionarse, a participar, a opinar, a investigar, a buscar nuevas fuentes de información. Una sociedad que ha dado muestras de hastío y saturación frente a los que siguen empeñados en querer dominarla, mal informarla y polarizarla.

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