Ante un poder adquisitivo pulverizado, las opciones de trabajar por Internet han cobrado gran popularidad para oxigenar a las familias venezolanas
Como cualquier día de su rutina, Susana se levantó a las 07:30 am a prepararse su café para trabajar, mientras lo hacía, encendía su computador y así iniciar una jornada habitual con Internet.
Al sentarse en su mesa, mientras observaba el cálido cielo y los árboles que rodean su casa, aparecía el tan temido triangulo amarillo que indicaba “no hay conexión a Internet”.
Reiniciar la laptop, reiniciar el router, verificar los cables por más de 45 minutos no funcionó, el resultado seguía siendo el mismo: “No hay conexión a Internet”.
Lea también: HASTA EL 01 DE JUNIO: fronteras terrestres y fluviales en Colombia seguirán cerradas por la COVID-19
Con las manos sudorosas, inquieta por toda la casa se concentraba en resolver y la pregunta que solo rondaba la cabeza de Susana es “¿Qué pasa, por qué no hay Internet?”.
Al comunicarse con sus vecinos y con la administración del complejo residencial en el que vive en Maracay, determinaron que unos ladrones se robaron los cables de Internet en la urbanización.
En cólera, así estuvo Susana por unos minutos mientras decidía qué hacer, ya había avisado a sus jefes que no podía conectarse de inmediato por las fallas que tenía en la conexión.
Pero que se hayan robado los cables agravaba mucho más el problema porque era incierto el tiempo que podría estar sin conexión.
“Si no trabajo, no como. Cómo continúo trabajando desde casa si no hay conexión a Internet. No tengo una oferta presencial inmediata que me ofrezca un sueldo ni siquiera similar”.
La mente de Susana no dejaba de producir interrogantes que agobiaban su mente y que le generaban más incertidumbre sobre su futuro laboral.
Cantv no siempre nos une
Pero… ¿por qué es tan difícil arreglar unos cables que robaron en la urbanización? Porque desde hace varios años Cantv dejó de ser una empresa privada y pasó a manos del Estado.
Debido a la crisis generalizada del país los bajos salarios y a la poca competitividad de la empresa, la eficacia de los técnicos se redujo.
Los servicios al cliente ya no son tan diligentes como antes y solo basta tener un “conocido” y ofrecerle “alguito” para que los técnicos puedan ir a revisar la falla.-
Pero no es que alguien se niegue a pagar, es que los precios que tarifan los técnicos de la empresa del Estado para resolver problemas en los domicilios, comprometen las finanzas del afectado.
Un trabajo sencillo puede costar 25 dólares, mientras que cuando se trata de cableados podrían tarifarse en 250 dólares y hasta más.
Mientras los vecinos comienzan a buscar en sus agendas a quién pueden llamar para que solvente el problema que afecta a más de 10 casas, la mente de Susana no para de pensar ¿Cómo voy a trabajar?
-Es mitad de quincena, el dinero que tengo es para comprar lo que hace falta de la comida, el Internet portátil no tiene dinero recargado y en mi cuenta no hay bolívares.
Ella y su mamá viven solas en su casa. Es hija única y trabaja diariamente por mantenerse las dos.
Su mamá es costurera y entre las dos reparten los gastos en la medida que la señora Flor tiene pedidos.
En su equipo laboral le dieron la opción de tomarse el día para solventar la falla que si bien no es su culpa, por tratarse de un trabajo freelance hay que resolver para poder continuar trabajando y por supuesto, percibiendo ingresos económicos.
¿Qué es un trabajo freelance vía Internet?
Sin duda, un trabajo freelance, o home office es la solución o una ventana para apalear un poco la crisis que inunda a Venezuela.
Es la oportunidad que empresas del extranjero contraten tus servicios a destajo a cambio de una suma de dinero neto y en divisas.
¿Qué piden en ese tipo de contrataciones? Un computador en buen estado y conexión a Internet, generalmente dan por sentado, pero al menos no para Venezuela, buen servicio eléctrico.
Este tipo de trabajos sí, es la solución para muchas familias en Venezuela, siempre y cuando tengan dos servicios básicos que en Venezuela son un lujo.
El servicio a Internet es una ruleta rusa, tal como el caso de Susana, varios sectores del país sufren esto casi que a diario.
Sin contar con el servicio eléctrico. Los constantes bajones eléctricos ponen en jaque el funcionamiento de los aparatos eléctricos.
¿Por qué escogen a venezolanos?
Debido a la crisis humanitaria que suscita en Venezuela el poder adquisitivo se ha visto pulverizado.
Por lo tanto los empresarios extranjeros ven al empleador venezolano como mano de obra barata.
¿Por qué? Porque actualmente en Venezuela el salario mínimo se sitúa en menos de un dólar, eso asegura a los empleadores extranjeros que ofrecer entre 50 y 150 dólares a un trabajador en Venezuela es suficiente.
Mientras que si eligen un empleador de países como Colombia, Chile o Argentina deberán ofertar montos mucho más altos que sean competitivos con el salario mínimo de ese país.
En ese sentido, las empresas extranjeras se concentran en buscar empleadores venezolanos que sean cumplidos y se adapten en las necesidades de la empresa.
Además, tanto la empresa como el empleado ven esta relación como un ganar-ganar.
Porque el venezolano logra un ingreso que le permita resolver sus necesidades y el empleador genera un empleado comprometido que resuelva las necesidades por un bajo precio.
No obstante un venezolano debe a diario sortear los obstáculos que se presentan derivados de la crisis, los ya antes mencionados y los que padece Susana.
Falta de Internet, ausencia de servicio eléctrico y un costo elevado del servicio de Internet portátil que compromete el salario mensual.
¿Qué hará Susana para seguir cumpliendo con su trabajo?
Debo mudarme…. Sí mudarme. No tengo familia en Maracay pero tampoco puedo esperar porque solventen la falla y menos pagar un Internet portátil.
Llevo siete días trabajando con el Internet portátil, casi diez millones depositados al saldo y ninguna respuesta de Cantv para reponer el cableado.
Si continúo pagando -con dinero prestado- el Internet portátil, deberé todo mi pago mensual y no podré costear mis pagos.
Por lo tanto mi opción es irme a donde mis tíos en Valencia, no puedo depositar la mayoría de los 150 dólares en solo el Internet portátil.
El hospedaje se postergó, ya tengo siete meses en casa de mis tíos. El Internet no tiene fecha de regreso en mi hogar en Maracay y por lo tanto resido en Valencia.
A mis tíos colaboro con comida y con los quehaceres del hogar desde hace siete meses.
Pero llegar a casa de sus tíos no la alejó de la crisis, ni los padecimientos que un trabajador desde casa.
Hay bajones hasta cuatro veces al día, uno de ellos me deja sin servicio eléctrico, otros dos, me dejan sin Internet por algunos minutos, por suerte, a veces uno es casi, casi, imperceptible.
Los servicios en este país te obligan a sortear la crisis bajo un alto umbral de estrés.
Recorrer distintas casas, sacar del salario mensual un presupuesto para costear el Internet portátil, contar con un regulador para resguardar los equipos eléctricos.
Venezuela se encuentra en una encrucijada donde el poder adquisitivo se ha visto pulverizado.
Sin embargo los profesionales han visto una alternativa en las ofertas de empleos desde casa.
Pero ante esto deben equiparse con buen Internet y varias alternativas.
Susana tiene más de siete meses sin Internet y una inestabilidad eléctrica en casa de sus tíos.
Pero con la paciencia de sus jefes logra sacar su trabajo diario.
Todo por mantenerse y ayudar a su madre en un país sumergido en crisis.
