jueves, marzo 28, 2024

El diario de una modelo webcam

Soy Mariana de 28 años y esta es mi historia, de cómo emigré a Colombia y terminé siendo modelo webcam. Un empleo que me dio la estabilidad que ninguno de los “políticamente correctos” pudo generarme

La situación de Venezuela me llevó a aceptar una propuesta en Colombia. Emigrar era una opción latente ante la grave crisis del país que no vislumbraba nada positivo.

Lo que más me ataba a Venezuela no podía seguir costeándolo económicamente, mis estudios. En mi casa pasó de haber mucho a haber poco.

Por eso en marzo del 2017 decido aceptar la propuesta en Colombia, una propuesta que se trató de un engaño.

Esta es la historia de Mariana, una venezolana que decidió irse a vivir a Colombia como millones de venezolanos, en busca de una vida mejor. Pero tal como lo escribe en su diario varias veces, fue engañada, por un supuesto amigo que le dijo que tenía hasta oferta de trabajo en el país fronterizo.

Por eso, Mariana en ese momento con 24 años llegó a Cúcuta con un bolso cargado de sueños. Sueños que luego tuvo que replantearse al hallarse en una ciudad con pocas oportunidades, sin dinero y sin empleo el empleo que amigo le había prometido.

Desde que llegó a esta zona fronteriza con su país, trabajar era la única opción. Vendió arepas, pinchos, trabajó en un almacén, pero aun así eran empleos que no le generaban suficientes ingresos para poder subsistir.

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Llegada a Colombia

Mi llegada a Colombia la puedo definir como un gran choque de realidad. A pesar de ser países vecinos somos dos culturas completamente distintas; pero que trajo consigo un crecimiento personal.

Ese choque de realidad lo sufro aún más al conseguir un segundo empleo en el que trabajaba desde las 7 de la mañana hasta las 11 de la noche, a veces hasta las 3 de la mañana. Al terminar las jornadas de trabajo de madrugada el transporte para llegar a mi casa corría por mi cuenta.

No tenía hora de almuerzo, tenía que comer parada, estoy sufriendo de gastritis, por eso mi decisión fue retirarme de ese empleo luego de ocho meses.

-Su pareja no conseguía empleo, la situación cada vez estaba más dura-…

Adoptamos una perrita, pero la situación cada vez era más dura. Él no tiene trabajo, yo no gano mucho dinero y la situación cada vez es más incómoda.

Me mudé a Bogotá

Por eso decidimos emprender un nuevo camino a otra ciudad. Nos mudamos a Bogotá. A la semana conseguí un trabajo: vender tinto en la calle. Los venezolanos lo conocemos como café.

Me retiré de ese empleo, mi jefe no hacía otra cosa que hablar mal de los venezolanos. Me decía que yo era mal agradecida porque él estaba matando mi hambre.

Comencé un negocio propio, vendí tinto pero he decidido mudarme de sector de Bogotá. Comencé a trabajar en un restaurante.

Rappi era mi nuevo trabajo, y varias de mis entregas eran a casas de estudios de modelos webcam y eso llamó mi atención.  

Decido ser modelo webcam

Estuve investigando por Internet, las cantidades de dinero que ganaban las chicas, porque en Colombia es un trabajo común y corriente.

Conversé con mi pareja, continué investigando y estaba en la búsqueda de un estudio, decidí hacerlo cuando me sentí preparada psicológicamente para afrontar lo que significaría.

Este mundo del modelaje webcam es algo que critican, lo confunden con la prostitución, pero la realidad es que son dos mundos completamente distintos.

Comenzaron las entrevistas… no hubo nada extraño o diferente a una entrevista de trabajo común. Te hacían preguntas generales y explicaban el funcionamiento de páginas.

Nada diferente a una entrevista de trabajo corriente. Me pautaron a mi primera sesión de fotos, nada extraordinario. Solo me permitieron reflejar mi personalidad, en esta sesión.

Me asaltaron las dudas

Luego de la sesión de foto, se acercaba el momento de trabajar, los nervios y las dudas inundaban mi cabeza.

¿Cómo se lo diré a mi familia? ¿Qué voy a hacer si se filtran mis videos en Internet? Pero me decidí y tomé el riesgo porque quería lograr una estabilidad que anteriormente no había conseguido.

Las personas creen que porque trabajamos detrás de una cámara con nuestro cuerpo trasladamos esa virtualidad a una realidad. Es completamente falso, hoy en día la mayoría de las mujeres que trabajamos en la industria para adultos en el modelaje webcam no hacemos encuentros personales.

Preservamos nuestra seguridad, nos enfocamos completamente en satisfacer a los usuarios que llegan con deseos sexuales. Pero también es un mito que todos los usuarios que llegan a las páginas lo hacen con deseo sexual.

He hecho hasta el papel de psicóloga de parejas, de hombres que tienen problemas con sus parejas, personas solitarias que solo quieren compañía porque se sienten solos.  

No es dinero fácil

Normalmente las personas asumen que las modelo webcam ganamos dinero fácil, pero no es así. Estar 10 horas frente a una cámara puede llegar a ser desgastante tanto psicológicamente, emocionalmente y físicamente.

Todo el proceso que conlleva simplemente estar detrás de la cámara no es fácil. Tenemos que coordinar una escenografía, un tema, un show para poder cumplir tus metas.

El mito más grande sobre una modelo webcam es que nos ganamos el dinero fácil.

¿Por qué en Colombia puede ser más sencillo ser modelo webcam?

Aunque continúan los tabúes, y hay personas que han pasado por situaciones incomodas al ser juzgadas, en Colombia hay bastante aceptación sobre este tema

Hay que acotar que Colombia es el segundo país, primero está Rumania, con mayor número de modelos webcam.

Es un trabajo que tiene beneficios al igual que cualquier otro. Ya ha pasado a ser algo normal y poco juzgado.

Cuál es mi futuro

Mariana relata cada paso de su vida en el diario, documenta su historia de vida y cómo visualiza su futuro, y no, no se ve en el mundo de las modelos webcam en un futuro lejano.

Establecerse, capitalizar y definir sus metas son las principales razones que la mantendrán por un tiempo más, aún no definido en la industria.

Pero con el mismo deseo que la hizo incursionar en la industria en estos dos años: lograr sus metas, conseguir sus objetivos y cumplir la estabilidad que tanto anhela. Esa que en los trabajos que la sociedad ve como políticamente correctos no consiguió.

Aquellos trabajos que cualquier persona puede hablar como “dignos”, pero lo que menos recibía de ellos era un trato digno.

Xenofobia, explotación laboral, estrés y enfermedades derivadas del mal manejo que le daba su vida.

Esa fue la realidad que consiguió Mariana en Colombia tras dejar su país el cual en ese momento se encontraba sumergido en la escasez, inseguridad, crisis pero sobre todo, incertidumbre de lo que iba a pasar.

¿Se regresará a Venezuela?

Por ahora no. Las metas están ancladas en un destino por ahora. No descarta viajar. Su empleo le permite movilizarse con libertad, pero el costo de los pasajes, y la estadía en Venezuela la alejaría de cumplir algunas metas que tiene pautadas.

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