miércoles, abril 24, 2024

El desgarrador testimonio de venezolanos que no pudieron entrar a México

Cada vez son más los países que ponen obstáculos para que los venezolanos ingresen a su territorio, ante la migración desmedida que existe derivada de la crisis

Aunque es a partir de este viernes, 21 de enero que México comenzará a pedir visa a los venezolanos que ingresen a su territorio, desde hace varios días, los connacionales están teniendo problemas para ingresar al país fronterizo con Estados Unidos.

Cientos de venezolanos han denunciado desde principios de la semana que los han dejado varados en los aeropuertos, negándole la entrada al país.

Ante esta situación, La Voz de América logró conversar con un enfermero que viajó a Guadalajara para cruzar ilegalmente a Texas, Estados Unidos y les contó cómo las autoridades lo devolvieron a Venezuela junto a docenas de sus compatriotas.

Jorge Luis (*), es un enfermero con años de experiencia en hospitales de Maracaibo, Venezuela.  Recibió una carta de invitación a un curso de capacitación en Guadalajara, México. Vio en ella una moneda de dos caras: por un lado, se especializaría en su oficio; y, además, tendría una puerta abierta para emigrar.

“¡Nos ganamos la postulación!”, dijo los primeros días de enero a su hermano, con quien comparte profesión. Compraron pasajes con conexión al estado de Jalisco por Panamá, cargaron sus maletas, buscaron divisas en efectivo, hicieron reservas de hotel y mantenían a mano, cual tesoro, la carta aval de su taller.

Poco sabía cuándo viajó, el viernes 14 de enero, que aquel proyecto le llevaría a vivir días de agobio y frustración, dejándole prácticamente en la quiebra.

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Un sueño que se convirtió en una pesadilla

Eran las 2:30 de la tarde, hora local, cuando un empleado de la aerolínea les avisó, ya en Panamá; que no podían abordar el vuelo hacia México por no tener entre sus documentos la copia impresa de su reserva del hotel en Guadalajara.

Jorge Luis corrió con su hermano por la terminal hasta hallar dónde imprimirla. Al llegar a la puerta del avión del vuelo 721, supieron que su esfuerzo había sido en vano. “México nos acaba de dar una directriz: venezolanos con pasaportes nuevos serán inadmitidos”, les dijo un supervisor, mientras cerraba el vuelo.

Cuatro horas de discusión con los empleados de la aerolínea se zanjaron con un acuerdo de permitirles abordar su próximo vuelo a México, al día siguiente. Ambos pasaron 30 horas en aquel aeropuerto como pasajeros de tránsito.

“Fueron horas terribles. Había mucho frío, hambre”, detalla a la Voz de América. Durmieron tumbados sobre su maleta tipo carry-on, en un par sillas.

Lo peor estaba por venir

Jorge Luis aterrizó en el aeropuerto de Guadalajara cerca de las 11:00 de la noche, del sábado 15. El agente de migración que los atendió pareció dudar de que su real propósito para visitar México era un curso de ventilación mecánica para pacientes con COVID-19.

“Vamos un momento para una oficina”, les dijo, reteniendo sus pasaportes y teléfonos celulares. Jorge Luis y su hermano se sentaron en un grupo de “30 o 40 pasajeros” de su vuelo. Todos eran venezolanos.

Los agentes verificaron las huellas dactilares y la información en el sistema de migración mexicana de algunos de ellos hasta que, 90 minutos más tarde; otros funcionarios empujaron hasta el círculo de pasajeros un carrito con maletas.

“Eran muchísimas. Estábamos rodeados por la Guardia Nacional de México, la Policía Migratoria y la Policía. Había padres con sus niños, personas adultas. Estábamos como prisioneros, sin saber lo que estaba sucediendo”, relata.

Pasó otra hora y media. Entonces, un agente de Migración les habló en voz alta. Les comunicó que la decisión de México era que todos serían “inadmitidos” en el país norteamericano. Su argumento, recuerda, fue que existía “una crisis migratoria” que les impedía recibirlos ese día.

El funcionario mexicano les recalcó que no los deportaban, que podían volver en otro vuelo, en otro momento. Jorge Luis y otros pasajeros insistieron en sus argumentos para convencerlo de que no eran potenciales inmigrantes ilegales.

“El agente nos dijo: ‘no digan más nada, no hay vuelta atrás. México no los deja entrar hoy a su nación y ya se van’”, comenta el enfermero venezolano.

La misión era irse a Estados Unidos

Jorge Luis, aunque participaría primero en un taller científico, deseaba llegar con su hermano hasta Estados Unidos para tener una mejor vida. Dice haber perdido 4.000 dólares en su viaje frustrado hasta Guadalajara, México.

Su plan, en estos momentos, es renunciar al sistema de salud pública de su país, donde su gremio profesional denuncia “salarios de hambre”, lamentó.

Por eso, señaló que cada día, “se nos cierran más puertas y Venezuela está mucho peor”.

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