viernes, marzo 29, 2024

El Coqui: el más debatido pero el más desconocido

Los recientes sucesos de la parroquia La Vega durante los cuales murieron, según nuestras estadísticas, 24 personas, viralizaron los diversos comentarios acerca de un personaje único en la historia policial delictiva de Venezuela.

Nadie, absolutamente nadie, puede atribuirse éxitos en sus comentarios acerca de un hombre rodeado por misterios, enigmas y dudas acerca de quién es, quién lo apoya para atesorar tanto poder, cuáles son sus enlaces, cuál es su posición política o si estamos en presencia de un Robin Hoob, quien, según los vecinos de la Cota 905, ha hecho mucho bien a los habitantes de esa comunidad, sin saber a consta de qué.

Respetando las distancias, algunos se atreven a compararlo con Pablo Escobar Gavidia, aunque este personaje colombiano tenia atesorado más de 15 mil millones de dólares al momento de su muerte y es muy poco probable que personaje venezolano esté, ni siquiera remotamente , cerca de esa cifra.

Nadie sabe cómo vive el Coqui, donde duerme  o quiénes son sus familiares y sus aliados más cercanos e incondicionales. No gozan de ninguna credibilidad los comentarios según los cuales  El Coqui “cuenta con un ejército” de más de cuatrocientos hombres.

Tampoco creer ciegamente y afirmarlo con  vehemencia y seguridad, que los seis cadáveres lanzados por el llamado “Tobogán de la Muerte”,  en el túnel de El Paraíso, son consecuencia de las tácticas de El Coqui para ratificarse como el jefe de un fundo llamado y que “tierra de paz”.

La versión que pudiera tener algún asidero en lo sensato es aquella según la cual, este personaje cuenta con el sólido apoyo del gobierno del Presidente Nicolás Maduro.

¿Por qué? Porque connotados dirigentes del alto gobierno se les ha visto públicamente en actos realizados en la Cota 905 donde ha estado el personaje en referencia.

Podríamos partir del supuesto de que el apoyo podría ser cierto, en virtud de que, por muy consolidadas y armadas que estuvieran esas bandas, no resistirían, por más de medio día, el embate de grupos especializados como el BAE (Brigada de Acciones Especiales ) del CICPC y otros de altísimo nivel de preparación de funcionarios del SEBIN.

Durante los sucesos trágicos de la semana pasada en la parroquia La Vega, predominaron las versiones que le atribuían la responsabilidad al famoso Coqui. Y esos comentarios son fácilmente deleznables por varias razones.

Primero, resulta contradictorio que el legendario personaje envíe hombres a enfrentarse a las tropas del gobierno (FAES, DIP y la Policía Nacional Bolivariana en su conjunto), porque eso contradice la versión más comentada del supuesto apoyo del gobierno a este extraño líder social.

Segundo, para qué arriesgar a sus hombres en enfrentamientos armados con bandas de La Vega, cuando el gobierno puede hacer esa tarea como ocurrió la semana pasada cuando más de 300 funcionarios tomaron policialmente casi todos los sectores de La mencionada parroquia.

Por mucho que se desprecie al gobierno, tampoco se puede concebir ni aceptar la idea de que hubiera acuerdo de los grupos de El Coqui con los funcionarios policiales, para arremeter contra las bandas de La Vega.

Tercero, siguiendo con la especulación, de haberse producido el envío de grupos por parte de El Coqui, se correría el riesgo de que también fueran aniquiladas porque la policía no estaría discriminando entre quienes pertenecen a una banda o a otra.

En lo que sí podríamos especular, si es que se puede, y en lo único que el caso vincularía a El Coqui, es que él haya podido dar información al gobierno nacional acerca de la proliferación y los lugares en donde operan esas bandas delictivas para facilitar su ubicación y exterminio. Pero eso no lo sabe nadie y todo queda en el terreno de la especulación.

Igualmente permanece en ese terreno de suposiciones la versión especulativa de que, el gobierno, tratando de lograr otras extrañas “zonas de paz” le estuviera preparando el terreno a el “Zar de la Cota 905” para que instalara su régimen de “particular dominio y de tranquilidad social”, tal como lo asegura más del 90 por ciento de los habitantes de la Cota 905.

En este comentario no podemos dejar de reconocer que el operativo logró desarticular a muchos delincuentes y jefes de bandas criminales de esa parroquia, sin dejar de advertir que muchos inocentes  también pagaron y cayeron mediante excesos policiales.

Todo lo escrito anteriormente, también nada en el terreno de la especulación, excepto algunas cosas muy puntuales. Como también es muy puntual que al Coqui se le ha visto en poquísimas oportunidades en eventos muy particulares realizados en la Cota 905.

Sin llegar a una apología del Delito o del delincuente, puede comprobarse diariamente la supuesta “tranquilidad ” de unos habitantes que afirman vivir tranquilos porque “en la Cota 905 no te va a pasar nada”. Afirmaciones que posiblemente se debaten entre la realidad y el miedo. Entre lo creíble y lo que no puede creerse por tratarse de una situación social única en el mundo.

En lo particular, seguimos a la espera de lograr una entrevista con ese nuevo personaje de la vida pública de Venezuela, con la cual quedarán despejadas muchas dudas  e interrogantes acerca de El Coqui: quién es, a dónde va, cómo es su vida social y familiar, cómo se autodefine y despejar definitivamente la duda si es aliado del gobierno o no. Cuán grande y poderoso es su arsenal, si lo tiene, con cuántos hombres cuenta y su filosofía de vida.

Para cualquier periodista, en las actuales circunstancias que vive el país, representa un gran reto entrevistarlo.

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