Altos funcionarios de la Casa Blanca, de Defensa y de la CIA, sostienen reuniones con el gobierno brasileño
En los últimos días, previéndose que Jair Bolsonaro o afines cercanos a él, animarán el apoyo a bolsonaristas que podría desembocar en un golpe de Estado, el gobierno de Joe Biden corrió a reconocer la victoria de Lula e intensificó aún más los contactos con Bolsonaro para evitar deterioros sociales en Brasil.
Se confirmó en un artículo del medio Foreing Policy que altos funcionarios de la Casa Blanca, de los Departamento de Defensa y Estado, de la CIA han sostenido reuniones, llamadas e incluso visitas a Brasil con funcionarios brasileños.
El objetivo es evitar lo que ya ocurrió en enero de 2021 cuando Donal Trump negó los resultados de las elecciones estadounidense y eso provocó que una turba de seguidores asaltaran el Capitolio en Washington.
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Biden, cuya relación con Bolsonaro no es buena (entre otras cosas por la afinidad y amistad de este con el expresidente Trump), decidió mover fichas.
Según recogió la agencia Reuters, el director de la CIA dijo a altos funcionarios brasileños en una reunión en que el presidente Jair Bolsonaro “debería dejar de poner en duda el sistema de votación de su país”.
Y un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE UU afirmó a Foreing Policy que “habían dejado claro a los funcionarios brasileños” que debían respetar los resultados, algo que, aseguró, “hacen con las elecciones celebradas en países de todo el mundo”.
Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, visitó Brasil para “reforzar la advertencia de que no socave las elecciones”.
Ante esto, desde que los resultados en Brasil arrojaron la victoria ajustad de Lula, el presidente Biden de apresuró en felicitar al presidente electo, reforzando así el reconocimiento internacional ante Jair Bolsonaro. Legalizando así las elecciones presidenciales brasileñas.
Estados Unidos está tratado de evitar que Bolsonaro -admirador y amigo de Trump- copie aquella jugada reproduciéndola a Suramérica.
