Conoce la historia detrás de uno de los episodios de su vida del cual “El Cacique de la Junta” nunca quería hablar
Wilson Peñaloza no sabía que tratando de tumbar mangos pasaría a la posteridad. Y no lo hizo con algo para vanagloriarse. Todo lo contrario, pues gracias a un accidente causado por él, su mejor amigo vivió toda su vida con un defecto en su rostro. Algo de que lo que Diomedes Díaz, el adolescente afectado por la pedrada, nunca quería hablar.
Ese día de 1967, los dos jovencitos fueron por mangos. El futuro cantante subió al árbol y, desde abajo, sus amigos comenzaron a lanzar piedras para tratar de despegar el fruto. Una de ellas lo alcanzó. “Icho”, como es conocido Peñaloza, a 53 años del incidente, cuenta a Testigo Directo cómo fue el percance.
En esta edición, un oftalmólogo explica qué pudo pasarle al ojo de Diomedes Díaz y hasta el escultor Ron Peñaloza explican la característica de la cual el legendario cantante nunca quiso hablar.
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Aún se conserva el palo de mango en el barrio de Villa del Rosario de Villanueva, la Guajira, donde Díaz sufrió el incidente. La fama alcanzó a ambos. A Icho, “El verdugo del Cacique”, porque además de haber sido amigo de “El Cacique de la Junta”, pasó a la posteridad como el hombre que dejó sin ojo al intérprete. Y a él, porque está considerado como uno de los mejores intérpretes en la historia del vallenato.
Diomedes Díaz murió el 22 de diciembre de 2013 a causa de un paro cardiorrespiratorio cuando se encontraba descansando en su cama. Dos días antes había ofrecido en Barranquilla su concierto para cerrar ese año. No sabía que sería el último.