miércoles, abril 24, 2024
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Luis Somaza
Luis Somaza
@LuisSomazaC

Dictaduras modernas: El juego de Nicaragua y Venezuela para disfrazar la dictadura de democracia
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La cacería a la disidencia, violación a los derechos humanos, la imposición de una ley mordaza contra los medios de comunicación y la negación a honrar los principios democráticos son algunas de las características de las dictaduras de Venezuela y Nicaragua que hoy mantienen a presos políticos inocentes en calabozos, mientras el Frente Sandinista – izquierda radical- se alza como bandera.

Daniel Ortega suma más de 15 años en el poder en tres mandatos y el próximo 7 de noviembre busca la reelección mediante un proceso autoritario donde la imparcialidad y el derecho a elegir de sus ciudadanos es prácticamente inexistente. Así como Venezuela, Ortega se quitó la máscara de una falsa democracia para dejar ver a una dictadura moderna, donde los mandatarios juegan con la interpretación de las leyes y de la Constitución para reelegirse, someter al pueblo y mantenerse en el poder.

La represión y la muerte también forman parte importante en esta comparación,  alrededor de 325 personas murieron en las protestas de Nicaragua en 2018, las acciones del régimen y de la policía Nacional fueron condenadas por ACDH de la ONU, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Grupo Internacional de Expertos Independientes.

El cierre, interrupciones a la señal y la censura a televisoras como 100% Noticias, Diario Confidencial y otros medios de prensa independiente sufrieron las consecuencias del quiebre de la libertad de expresión, así como el derecho ciudadano a mantenerse informado.

La aprehensión y hostigamiento a los periodistas para que sirvan de objeto de intimidación refleja que, por más moderna que parezcan las tácticas de un autoritario para disfrazar su dictadura, sus decisiones totalitarias son iguales a este tipo de regímenes en el pasado y que solo han traído sufrimiento y miseria a los pueblos; sin embargo, así como Maduro, se esfuerzan por fortalecer las torturas de quienes solo defienden la pluralidad de pensamiento.

En lo que va de año en Venezuela han ocurrido más de 140 violaciones a la libertad de expresión, incluyendo el cierre e incautación de equipos del medio independiente VPITV. De acuerdo con el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela, se contabilizaron 374 incidencias que acumularon 636 violaciones a las garantías informativas entre enero y diciembre pasado cuando se intensificaba la represión en nuestro país.

Tanto para Daniel Ortega como para Nicolás Maduro falsificar pruebas para la captura de la oposición forma parte de su día a día, rechazar las propuestas de reforma electoral para la renovación total de todos los cargos jerárquicos representa un problema de fuerza mayor para un dictador y que necesita ser disfrazado por una evaluación interna – Caso de Nicaragua- o por la escogencia a dedo de “nuevos” rectores como en Venezuela pero que, al final de día, siguen siendo partidistas disfrazados de imparciales para favorecer al autoritario.

Frenar la avanzada del movimiento izquierdista radical o comunismo en la región es de suma importancia, Nicaragua, Venezuela y Cuba fomentan solo la destrucción de sus pueblos, la corrupción, el narcotráfico y el éxodo masivo.

Las sanciones impuestas por el Gobierno de Estados Unidos a cuatro nicaragüenses, incluida una hija del dictador Daniel Ortega, con el bloqueo de propiedades y la prohibición para hacer negocios le permite a esa nación entender que para el mundo es importante frenar el crecimiento de la crisis, así como la expansión de los negocios del dictador para beneficio propio.

En el caso de Venezuela, EEUU revocó la visa de 718 asociados con Maduro, en el mes de marzo de 2018, Washington para Latinoamérica declaró que 78 venezolanos asociados con el dictador habían sido sancionados por diversos países que apoyan nuestra lucha por el restablecimiento de nuestra democracia, en abril de 2019, el país norteamericano también sancionó a más de 150 empresas ligadas con el régimen.

Aunque en línea generales el pueblo no vea tangible las sanciones, a los dictadores solo les importa su crecimiento económico pese al hambre de los ciudadanos. Cada sanción implementada contra ellos nos permite como disidencia frenar la crisis y el uso ilegal de nuestros recursos.

Es de nuestro conocimiento que la comunidad internacional favorece a la libertad y la democracia, la presión extranjera es de suma importancia para proteger los bienes de la soberanía pero como víctimas de un régimen criminal, también debemos entender que la presión nacional es igual de importante.

Nicaragua, Cuba y Venezuela necesitan recuperar sus espacios, enfrentar a la dictadura y hacerle frente a la defensa de los derechos humanos, no importa lo moderna que parezca una dictadura para disfrazarla de democracia, una dictadura siempre cercenará tus derechos y privará el futuro de su gente.

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