sábado, abril 27, 2024
EspecialesOpiniónDESESPERADOS

DESESPERADOS
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Están desesperados. Muy, pero muy desesperados. Como se dice, “el miedo es libre”. En este caso más que miedo es terror, pánico y escalofríos de pensar entregar el poder que usurpan, perder los privilegios, sobre todo la impunidad con que han venido cometiendo todo tipo de atropellos sin reparar en el daño que le infringen a los seres humanos que van humillando, torturando y despojando de sus derechos humanos más elementales.

Ellos cavilan en medio de sus pesadillas que “con la vara que mides serás medido”. Se atreven a temer que esos mismos procedimientos arbitrarios que le aplican actualmente a los disidentes, también se les devolverán contra ellos cuando se instale un nuevo gobierno en la Venezuela democrática que estamos por inaugurar. Desde luego que no será así. María Corina ha sido muy clara al asegurar que entre sus planes más urgentes está previsto la reinstitucionalización del país. Reedificar las bases del Estado de Derecho, por lo tanto habrá un Poder Judicial realmente autónomo, libre de funcionarios sumisos, serviles y rastreros que confunden la función de un juez al servicio de la verdad judicial que debe imponer e impartirse desde los estrados tribunalicios, con las ejecuciones viles de un sicario que va disparando hasta “no dejar títere con cabeza”.

Por supuesto que se hará justicia, porque sin ella no habrá paz en el país. Pero una cosa es la justicia debida y otra la venganza y el rencor que ha caracterizado la actuación de quienes llegaron al poder para dividir y ahondar las dificultades de Venezuela y de su pueblo, ahora sumido en la pobreza, y escarmentando una fractura sentimental de sus respectivas familias, por obra y gracia de los desmanes de este régimen, del que afortunadamente nos libráremos, mas temprano que tarde, para dejar atrás ese pesado lastre de penurias e ingratas experiencias.

Nada de lo que ahora acontece en el país debe sorprendernos. Todas esas fechorías se corresponden con la naturaleza dictatorial de unos funcionarios que no saben de principios ni de valores democráticos. Lo de ellos es abusar, sin reparar a quien le estropean su existencia. Así tenemos el espejo para mirarnos los venezolanos que hemos sido víctimas de persecuciones y ensañamientos, pero también para que se vean reflejados ciudadanos de otras partes del mundo que podrán comprender por qué ha costado tanto vencer esos enclaves tiránicos que se pretenden enquistar en las instituciones convertidas en sus aparatos represivos mas feroces. La ciudadanía en resistencia ha venido asumiendo heroicamente sus responsabilidades con la patria a la que nos debemos, en el entendido de que la solución no caerá del cielo sino que hay que procurarla con “sangre, sudor y lágrimas”. Hoy contamos con el liderazgo acerado de María Corina Machado, en ella confiamos para cumplir el mandato que nos dio esa ciudadanía el pasado 22 de octubre, es tarea irrenunciable de todos hacerlo realidad rodeando de afecto, fe, esperanza y solidaridad efectiva a la próxima presidenta de Venezuela.

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