miércoles, abril 24, 2024

DESDE LOS CUERNOS hasta acusaciones de racismo: algunos escándalos del reinado de Isabel II

Cada escándalo relacionado con la Casa Real inglesa fue atajado por la reina o sus funcionarios

Si algo tuvo la fallecida reina Isabel II durante su reinado fue tiempo. En 70 años como soberana de 14 países, no todo fue belleza, glamour y cuentos de hadas.

Durante estas 7 décadas que finalizaron el 8 de septiembre pasado, la reina Lilibeth, como le decían algunos de sus llegados más cercanos, enfrentó varios escándalos que durante semanas acapararon las portadas de la prensa rosa y no tan rosa.

Comenzamos por mencionar que, aunque no fue un escándalo para ella como reina, Isabel II llegó al trono por efectos de un gran dilema y hasta de un problema de Estado, puesto que ella no era, ni por asomo, una candidata a la corona, pues era sobrina de Eduardo VIII, quien abdicó al trono para casarse por amor, en 1936, con la actriz estadounidense, Wallis Simpson, que además se había divorciado en dos ocasiones.

Al asumir Jorge VI, hermano de Eduardo y padre de Isabel II, esto la convirtió en la heredera directa de la corona inglesa y posteriormente en soberana, con solo 27 años.


Margarita, la hermana rebelde


La princesa Margarita, hermana menor de la reina, ocasionó diversos dolores de cabeza a la corona británica por su actitud rebelde y todos fueron “atajados” por la reina y sus funcionarios. En su juventud, la princesa protagonizó un gran escándalo para la moral de la época cuando estuvo a punto de casarse con Peter Townsend, un empleado de las caballerizas que estaba divorciado y era 16 años mayor que ella.


Aunque Isabel II aprobó el matrimonio, la oposición de la Iglesia anglicana y del Gobierno británico llevó a la princesa a renunciar al enlace. Finalmente, terminaría casándose con el fotógrafo Anthony Amstrong-Jones, en un matrimonio que culminó en divorcio en 1978, entre rumores de excesos e infidelidades por ambas partes.

Por primera vez en más de siete décadas, un miembro de la alta realeza británica se divorciaba.

Lea también: La monarquía británica comparte poema para conmemorar un año de la muerte del príncipe Felipe


El duque de Edimburgo y sus mujeres


En abril de 2021 Isabel II perdió a su más firme apoyo, su esposo Felipe, con quien se casó en 1947. Aunque el duque de Edimburgo asumió su papel secundario y estuvo durante toda su vida a la sombra de la reina, también fue protagonista de algunas meteduras de pata, frases políticamente incorrectas e incluso rumores de infidelidad, reseña un reportaje de Rtve.

Sus comentarios en público, poco respetuosos con mujeres, jóvenes, personas con discapacidad o diferencias culturales, periodistas o famosos bordearon lo socialmente aceptable e incluso llegaron hasta la ofensa.

Además, mantuvo malas relaciones con sus nueras Diana de Gales y Sarah Ferguson, aunque no trascendieron en público, donde siempre supo mantenerse un paso por detrás de la reina y fiel a su deber institucional.

Diana, la bulimia y Camila Parker


El 29 de julio de 1981 el príncipe Carlos, heredero de la Corona británica, contrajo matrimonio con Diana Spencer tras un breve noviazgo.

Más de 3.500 personas asistieron a la boda, que los medios de comunicación retransmitieron a todo el mundo en lo que parecía una fabulosa historia de amor.

Pero la realidad pronto se mostró muy distinta y el romance de cuento dio paso al distanciamiento y las infidelidades por parte de los cónyuges.

Carlos retomó su relación con su antigua novia -y actual esposa- Camila Parker-Bowles, mientras Diana protagonizó varias aventuras, entre ellas con el mayor James Hewitt, aireadas por los tabloides británicos.


La pareja se separó en 1992, en el que Isabel II denominó como “annus horribilis” pues, además de la separación de los príncipes de Gales se produjo la de su hijo Andrés y Sarah Ferguson y el divorcio de la princesa Ana.

Esto provocó una caída de la popularidad de la reina en las encuestas, a lo que se unió un gran incendio en el castillo de Windsor, uno de los lugares preferidos de la reina.

Aunque lo más triste estaba por llegar: Diana de Gales falleció el 31 de agosto de 1997 en París en un accidente de tráfico en el que también murieron su pareja, Dodi Al-Fayet, y el conductor del vehículo, Henri Paul.

La reina recibió muchas críticas por su silencio inicial, pero finalmente dirigió un mensaje lamentando la muerte de la que fue su nuera que caló en la sociedad británica y le permitió recuperar la popularidad perdida.

Acusaciones de racismo


En enero de 2020, el príncipe Harry -sexto en la línea de sucesión- y su mujer, Meghan Markle, anunciaron su intención de “dar un paso atrás” en sus funciones como miembros de la familia real británica y “trabajar financieramente para ser independientes”, en una decisión que algunos medios bautizaron como ‘Megxit’, en un símil formado por el nombre de la duquesa de Sussex y el ‘Brexit’, la salida del Reino Unido de la UE.

Las polémicas con otros miembros de la familia real propiciaron esta decisión de la pareja, que se marchó a vivir a Estados Unidos.

Meses después, Meghan Markle, durante una entrevista a Ophra Winfrey, hizo unas polémicas declaraciones en las que denunció racismo en la institución real británica y reconoció que pensó en el suicidio durante su pertenencia a la familia real.

Harry regresó a Reino Unido con motivo de la muerte de su abuelo, Felipe de Edimburgo, y se reencontró con su hermano, el príncipe Guillermo, la imagen más esperada de la ceremonia.

El príncipe Andrés y supuestos abusos sexuales


Una de las decisiones más dolorosas para Isabel II fue la de retirar a su hijo el príncipe Andrés todos los honores militares y los mecenazgos reales, después de que la Justicia estadounidense rechazara archivar una demanda de abusos sexuales por parte de una menor.

Andrés ya había renunciado dos años antes a sus funciones públicas por sus vínculos con el empresario Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores y que suicidó cuando estaba en prisión.

El duque de York rechazó formalmente las acusaciones en un documento presentado en un tribunal de Nueva York, pero alcanzó un acuerdo extrajudicial por valor de 14,5 millones de euros con Virginia Guiffre, la mujer que le acusó.

Pese a ello, Isabel II se dejó ver posteriormente del brazo de su hijo en una ceremonia de homenaje a su difunto marido, el duque de Edimburgo.

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