Varios analistas coinciden en que la brecha es tan insalvable que el 5 de enero de 2021 todo cambiará, tanto que Guaidó podría ir al exilio
Las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre se convirtieron en la manzana de la discordia entre los opositores al régimen de Nicolás Maduro. Tanto que si había diferencias, ahora hay una brecha prácticamente insalvable.
¿Votar o abstenerse? Esta sola pregunta tiene a la oposición en el conflicto más grande de su historia, en estos 20 años de chavismo. En esto coinciden los politólogos Jesús Castillo y el director de Datanálisis, Luis Vicente León.
Apegados a la estrategia del líder opositor Juan Guaidó, 27 partidos que conforman la mayoría opositora declinaron participar en unos comicios. Todos califican este proceso como un “fraude”.
En la otra esquina se encuentra el excandidato presidencial Henrique Capriles. “No nos vamos a resignar, ni le vamos a regalar a Maduro la Asamblea Nacional, ni le vamos a regalar nada… siempre será mejor jugar a la democracia, siempre”, dijo Capriles.
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¿La brecha es insalvable?
“Capriles sigue siendo un político de peso”, dice el analista Luis Salamanca, entrevistado para la agencia AFP.
“El desacuerdo en torno a participar o no en las parlamentarias ha generado el peor cisma de la oposición en los últimos 20 años. Allí el gran ganador es el gobierno”, asegura Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB.
La grieta se abrió más después de que Maduro indultara el 31 de agosto pasado a 110 opositores. Luego se conoció que esa negociación se hizo con la participación de Capriles y el diputado Stalin González.
Américo de Grazia, uno de los “indultados”, dijo que “Maduro busca crear una oposición a su medida, que sea complaciente”.
Guaidó por su parte, calificó como inconsultas las negociaciones y realizadas a título personal.
El peligro de la abstención pasiva
Luis Vicente León, dijo: “La abstención pasiva parte de un error. El error de que todo el mundo te va a reconocer permanentemente sin límite como gobierno interino”.
“¿Cuál es el plan?… ¿Jugar a ser presidente por Internet? A Venezuela hay que salvarla, compañeros, ¡salvarla!”, lanzó Capriles sin nombrar explícitamente a Guaidó.
Aunque no está clara la participación de Capriles en las votaciones, de concretarse causaría más división. “Estaría actuando como una suerte de llanero solitario”, observa de su lado el profesor Luis Salamanca.
Sin embargo, “al final Capriles, a pesar de que sepa que no ganará esta elección, está jugando a la posibilidad de resolver algunos temas de corto plazo. Soltar 80 presos políticos, liberar a los diputados exiliados, no es nada menor”, remarca León.
Maduro ha desmantelado a la oposición con la ilegalización de partidos y la inhabilitación de dirigentes. Pero su participación permitiría “elevarle el nivel de conflicto”, señala Salamanca.
“El régimen tiene muy baja presión política. Tiene muy baja presión popular, la presión que tiene es financiera, económica, no tiene plata”, afirma.
La pelea, añade Salamanca, es ir contra elecciones viciadas. Tú no participas para tener una Asamblea Nacional que funcione dentro de un Estado institucionalizado. Ese no es el caso, el Estado venezolano está desinstitucionalizado,… participas para generar el siguiente conflicto” contra Maduro.
Con la ruptura del boicot por algunos opositores, “es un escenario bastante probable que en diciembre obtendrán el 30% del Parlamento. Se juramentarán el 5 de enero de 2021, dando paso a una nueva geopolítica del poder en Venezuela”, sostiene el politólogo Jesús Castillo-Molleda.
Luego de ello, “figuras como Guaidó se irán al exilio y serán olvidados”, vaticinó.
