El caso de los dos jóvenes migrantes venezolanos asesinados en Tibú, Colombia, le agrega más leña a la candela que ya existe entre Iván Duque y Nicolás Maduro. Los familiares del menor de edad sólo saben lo que dice la prensa y se trasladaron a Cúcuta para reclamar el cuerpo y llevarlo a la comunidad wayú en el Zulia para darle cristiana sepultura
La historia de los dos migrantes asesinados en Tibú, Norte de Santander en Colombia, pica y se extiende. El menor de 15 años pertenecía a la etnia wayú que está en el estado Zulia.
Su hermano y una tía viajaron a la ciudad de Cúcuta para reclamar su cadáver.
“No queremos hablar, sabemos muy poco del caso, solo lo que dicen los medios y la gente”, indicó un familiar, reseñó El Nacional.
Se conoció que el menor estaba tirado bocabajo con una mochila roja e identificado por autoridades venezolanas como Alexander José Fernández Rodríguez.
Sus familiares indicaron que el joven había migrado meses atrás hasta la vereda Versalles, zona rural de Tibú, para trabajar en la recolección de los cultivos ilícitos.
Pero desde hace unas semanas se había radicado en el casco urbano de Tibú, tras entablar una amistad con el otro joven que también fue asesinado.
Uno de los testigos del hecho aseguró que a ninguno de los jóvenes se les había visto en el pueblo y “el viernes cuando los agarraron no llegó ningún conocido de ellos, los niños casi no hablaron, tenían miedo”.
Ambos cuerpos los trasladaron desde la morgue de Tibú a las instalaciones de Medicina Legal en Cúcuta.
El pasado viernes, lo jóvenes los agarró la comunidad de Tibú y los golpearon por haber presuntamente robado un comercio.
Minutos más tarde, unos motorizados se los llevaron y aparecieron en una zona boscosa con varios tiros en el cuerpo.
Autoridades en Colombia presumen que disidentes de las FARC que opera en esa zona cometieron el atroz crimen.
