El 12 de marzo de 2020 Nicolás Maduro decretó estado de alarma ante la expansión global del coronavirus. En junio acogió esquema de flexibilización 7+7, “modelo venezolano”, que el 4 de octubre ordenó fuera “plus” para lograr la disminución de contagios y el 8 de noviembre avisó quedaría sin efecto desde el 1° al 31 de diciembre, para tener “navidades felices” si nos cuidábamos “bien cuidaditos”. El 3 de febrero de 2021 lo desactivó por carnavales ya que había “nivel de control mejor que en EEUU, Colombia, Europa y Brasil, que se jactan de ser lo máximo”. El 9 de marzo declaró “cerco sanitario y flexibilización limitada y parcial” en Caracas y estados Bolívar, Miranda y La Guaira, donde según había aparecido la “variante brasilera”. El comportamiento presidencial permite proyectar que en la Semana Santa, cuyo jueves y viernes corresponden a 1º y 2 de abril, se verá el mismo desastre de relajo social de las dos últimas fiestas.
El 9 de septiembre la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (ACFIMAN) en su segundo “Informe sobre el estado actual de la epidemia de la COVID-19 en Venezuela y sus posibles trayectorias”, precisó que la principal causa de su expansión fue el subregistro de casos (estadística no ajustada a la realidad). Ató cualquier diseño de flexibilización a que se ampliaran las pruebas RT-PCR, mínimo 8000 diarias, de forma descentralizada, abarcando asintomáticos y con entrega de resultados en máximo 72 horas, sino entre octubre-diciembre los contagios serían 14.000 por día. En su Boletín N° 39, noviembre, participó que la cifra de nuevos casos era la adelantada; que la epidemia estaba fuera de control; que sus modelos matemáticos arrojaban desde fines de octubre ascenso numérico que coincidía con aumento en la movilidad; y que preocupaba la flexibilización total en navidad, porque el diagnóstico, imprescindible para la vigilancia epidemiológica, por razones desconocidas se había reducido.
El 3 de enero de 2021 Maduro expresó en cadena nacional haber firmado con Rusia un contrato para 10 millones de vacunas “que lleguen el primer trimestre. A la batalla contra el Coronavirus le queda mucho tiempo. Aspiramos que sea totalmente segura, pero tenemos que hablarle claro a nuestro pueblo, la mayor vacuna, la mayor medicina es el tapaboca utilizado correctamente todo el tiempo; la sanidad de las manos. Cuidarnos, se los pido de corazón, lo hago por ustedes, ya pasó la pachanga, tengo moral para exigir”.
El 6 de marzo de 2021 el Primer Mandatario fue vacunado con la Primera Combatiente, sirvieron de ejemplo para mostrar la “eficacia y fe” en la Sputnik V. Hasta el momento han llegado 100.000. “Yo había calculado abril como el mes para la expansión de la vacunación, ojalá cumplamos, porque hay problemas en la producción, apenas 10 países están acaparando el 90 %, entonces es clave la prevención”… la pareja está protegida.
La ACFIMAN advirtió en el tercer Informe sobre estado de la epidemia (febrero 2021), que “las altas tasas de movilidad registradas durante las últimas semanas anticipan un aumento de casos”.
La Academia Nacional de Medicina en su Boletín Nº 16 del 15 de marzo de 2021 alerta que de acuerdo a las últimas cifras disponibles, Venezuela solo cuenta con disponibilidad de dosis para el 38% de la población. Resalta que “lamentablemente, no están disponibles en las fuentes oficiales del MPPS el número de personas vacunadas cada día, ni la distribución geográfica, los grupos de edades, y las características de los servicios en los cuales fueron administradas, por lo tanto, no es posible conocer el cumplimiento de las metas, ni los escenarios para los próximos meses. En consecuencia, no es factible realizar las comparaciones internacionales, de especial valor para introducir mejoras en la gestión”.
Hoy prefiero sea el lector quien produzca conclusiones de este artículo, sólo recomiendo lo lean entre líneas. Falta mucho que sacar del tintero sobre el tema, si Dios quiere daré las mías cuando esté vacunado, no creo sea antes del próximo diciembre. Haya acuerdo o no entre las dirigencias políticas enfrentadas, para comprar las vacunas ¡cuídense! ni una ni otra lo harán por nosotros.
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