Acceder a consulta, medicamentos o alimentación de calidad, no es fácil para las venezolanas en embarazo. Parir en Venezuela: un acto que vale
Scarlet López tiene 18 años y 7 meses de embarazo; en su primer trimestre de gestación pudo acceder a consulta privada, pero el bolsillo no dio para más.
Y ni pensar en que su estado termine en cesárea.
“A donde yo estaba yendo el doctor me dijo que estaba super cara, que me salía a mí en 500 dólares y ahorita no me estoy viendo con el doctor, me estoy viendo en el seguro, cada vez que me dan dolores”
El seguro se ha convertido en la alternativa para miles de venezolanas en gestación; allí las medicinas y los exámenes salen gratuitos.
Aunque no siempre están disponibles, escasean y su entrega depende del suministro del Estado.
“La consulta me vale 30 dólares cada mes, las pastillas a veces no se consiguen. Yo pensé que iba a ser más fácil porque la primera consulta cuando yo tenía tres meses estaba en 20 dólares pero ahorita como la subieron no he podido más consulta, claro que estoy yendo es para el seguro”, cuenta Scarlet.
¿Y el alimento?
Pero allí no para el drama, como Sacarlet, alimentarse bien en esta etapa, tampoco es fácil. “Una bolsa del CLAP no dura para un mes, te toca buscar para ver qué comes”, dice.
Pero no todo es color de rosa, pues ni siquiera en los centros que dependen del Estado tienen todas las vitaminas que necesitan estas embrazadas, mientras que se retrocedió en el tiempo y ahora los ecos los hacen tocando la barriga.
El caso de Aracelys Estrada, es otra historia no menos dramática: “Mi embarazo ha sido muy tranquilo a pesar de la situación del país he tenido; las consultas las hago aquí por la economía -Maternidad Ana Teresa de Jesús Ponce en Macuto-“.
Y lo hace allí porque en menos de 6 meses una consulta privada pasó de costar 15 dólares a 25.
“No todo el tiempo hay hierro ni ácido fólico y la ecografía depende del doctor que te vea, porque a veces me ven el bebé, así manual”.
En un país donde el salario mínimo no llega a dos dólares mensuales una cesárea puede llegar a costar 500 dólares.
Así de dura y desproporcional es la realidad para parir en Venezuela, por lo que obligatoriamente deben migrar a los centros de salud públicos.
Cesárea: 500 dólares
Vitaminas: 10 dólares
Hierro: 950.000 bolívares
Ácido fólico: 1.500.000 bolívares
Consulta privada: 25 dólares
De acuerdo con las parturientas consultadas en este reportaje de Amy Torres para Impact Venezuela, resulta increíble que una cesárea en un centro privado llegue a 500 dólares, esto cuando el sueldo mínimo en el país no llega a un dólar.
Esta situación ha obligado a estas mujeres a migrar a los centros públicos a fin de garantizar la atención en una etapa tan importante como es la gestación y el momento de parir.
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¿Y los medicamentos?
En las farmacias, por su parte, reconocieron la gran cantidad de embarazos producto del confinamiento, al tiempo que los precios de las vitaminas galopan a la par de la inflación desbordada del país.
Jorge Makkoukdji es auxiliar de farmacia, y cuenta que la los precios de los medicamentos para el embarazo, debido a la hiperinflación han subido como el resto.
“La existencia se ha normalizado pero esta pandemia ha dejado mucha embarazada pero medicina regularizándose y los precios a la par de las demás medicinas”.
Cuenta que 30 tabletas de hierro pueden llegar al millón y medio de bolívares; asimismo por 30 tabletas de ácido fólico se cobra 950 mil bolívares y la vitamina prenatal 10 dólares y trae 100 tabletas.
El panorama para parir en Venezuela deja al descubierto otro drama no menos difícil: las mujeres en gestación consultadas por Impacto Venezuela tienen entre 17 y 19 años.
Y es que cada vez son más las jóvenes que resultan embarazadas como consecuencia de los altos costos de los anticonceptivos, un tema que perfectamente merece otro especial investigativo.
